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Cómo detectar posibles trastornos del aprendizaje en el aula

A menudo los niños se despistan con facilidad, les cuesta concentrarse y conseguir que estén sentados en su pupitre resulta una tarea imposible. Son reacciones que entran dentro de la normalidad, pero que deben vigilarse para descartar que existan dificultades de aprendizaje, y valorar si además esa dificultad puede radicar en algún problema asociado al neurodesarrollo del niño.

Detectar y tratar a tiempo estas dificultades es vital para poder aplicar estrategias de aprendizaje específicas para cada alumno, y sobre todo, evitar la frustración y desmotivación de los alumnos.

Dislexia

La dislexia afecta la capacidad de la persona para leer, escribir y deletrear. Es una de las principales causas del fracaso escolar, y actualmente se calcula que lo padece el 10% de la población mundial. La dislexia se caracteriza por provocar dificultades en la decodificación de palabras y problemas en la fluidez lectora, y dependiendo de la edad del alumno, tal y como nos explica el Dr. Daniel Martín Fernández-Mayoralas, neuropediatra del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo y del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid puede presentar unos síntomas u otros.

Dr. Daniel Martín Fernández-Mayoralas, neuropediatra del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo y del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid

En niños en edad preescolar (entre 3 y 5 años) pueden presentar dificultad a la hora de crear rimas simples, un desarrollo más lento en la adquisición del vocabulario hablado en comparación con otros niños de la misma edad y dificultad en la coordinación motora, pudiendo mostrar torpeza en actos muy comunes como agarrar un lápiz o recortar.

Los niños con edad escolar (entre los 6 y los 12 años) pueden presentar dificultades para leer con fluidez y mantener un ritmo adecuado, resistirse a leer en voz alta dentro del aula, y también confusión con las direcciones, dificultando la distinción entre izquierda y derecha, y a su vez la orientación en el espacio, y también dificultad para recordar y reproducir secuencias como el orden de las letras en una palabra o la secuencia de días de la semana.

En cuanto a los adolescentes en secundaria (de 12 a16 años), las principales dificultades se pueden observar en la expresión escrita, en la comprensión de textos complejos, e incluso en las presentaciones orales, por lo que también es probable que se resistan a leer en voz alta.

TDAH (trastorno por Déficit de Atención)

Este trastorno neurobiológico se manifiesta principalmente en la infancia y se caracteriza por dificultades en el control de la atención, la impulsividad y la actividad motora excesiva. Tal y como explica Esmeralda Velasco Espinosa, orientadora educativa, también puede afectar el rendimiento académico y las relaciones sociales.

En los niños en edad preescolar se puede detectar por la imposibilidad del niño de quedarse quieto durante períodos prolongados, también problemas para participar en juegos y seguir las reglas, y además dificultad para mantener amistades.

Los niños en edad escolar acusan falta de concentración, falta de organización, y por tanto, una tendencia a dejar las tareas para el último momento, por sus dificultades para organizarse.

En los adolescentes en secundaria se presentan también problemas de organización, que pueden afectar el rendimiento académico; mucha impulsividad en las decisiones personales, sin considerar completamente las consecuencias, inestabilidad emocional que hace variar el estado de ánimo con frecuencia, y por último, distracción durante las clases.

Discalculia

Este trastorno del aprendizaje, que afecta a las habilidades matemáticas, es menos conocido pero lo sufren entre el 3 y el 6% de la población. Las personas que la padecen, explica el neuropediatra, Martín Fernández-Mayoralas, presentan dificultades para comprender conceptos numéricos, reconocer patrones matemáticos y realizar cálculos. Además, la discalculia puede darse junto a otros trastornos como TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad).

En edad preescolar, los docentes deberán estar atentos a si los niños presentan dificultad con conceptos espaciales básicos como izquierda o derecha, arriba y abajo; asimismo pueden presentar problemas en la identificación numérica, y dificultad para recordar secuencias de números, añade Velasco Espinosa.

Los niños en edad escolar pueden presentarán dificultades en la resolución de problemas matemáticos, confusión con los signos numéricos, y dificultad para comprender la medida del tiempo y el uso del reloj.

Para adolescentes en secundaria, la dificultad a la hora de resolver problemas matemáticos avanzados, así como para comprender y aplicar conceptos geométricos, algebraicos y ecuaciones; o la evitación de las clases de matemáticas y la abierta manifestación de desinterés por la materia serán las principales señales.

Trastorno de Espectro Autista (TEA)

Esta condición neurobiológica afecta el desarrollo social, comunicativo y conductual, y según la OMS a 1 de cada 160 niños. Suele manifestarse a partir de los dos años, y lo hace de manera diversa en cada persona, con distintas alteraciones cognitivas y conductuales. Generalmente, recuerdan desde Quirónsalud, implica dificultades en la comunicación, la interacción social, y la presencia de patrones repetitivos de comportamiento e intereses restringidos.

En niños en edad preescolar hay que estar atentos a la falta de respuesta a su nombre, lo que conlleva falta de interacción y contacto visual; a patrones repetitivos y limitados de juego; sensibilidad sensorial ante ciertos estímulos como luces brillantes o texturas específicas, sonidos, o rechazo a entornos en los que el ruido sea más acusado; y manifestación de estereotipias (movimientos repetitivos de manera compulsiva ante algo que les produce ansiedad o estrés).

En niños en edad escolar se puede detectar dificultad para comprender y utilizar las normas sociales en la interacción con los compañeros, un enfoque obsesivo en temas o actividades específicas y poco interés en otros, sin empatía hacia la conversación o intereses de los otros niños; problemas en la comunicación por la interpretación literal del lenguaje, y resistencia a cambios en la rutina diaria, por la dificultad que muestran para adaptarse a situaciones nuevas.

En adolescentes en secundaria, se observan problemas para establecer y mantener relaciones sociales con sus compañeros por la falta de comprensión de las normas sociales de comunicación, intereses específicos, intensos y restrictivos en algunos temas o actividades; dificultades para interpretar expresiones faciales y el tono de voz de los otros niños, y también para expresar emociones propias; y necesidad de rutinas específicas ante la inseguridad que producen los cambios inesperados en la programación o entorno.