La calabaza, algo más que un símbolo de Halloween
Esta hortaliza siempre ha despertado la atención de la gente por el enorme tamaño que puede llegar a adquirir. En algunos casos rebasan hasta los 50 kilos. Hablamos de la calabaza, algo más que un símbolo de Halloween, que también destaca por sus propiedades nutricionales y salutíferas.
Este vegetal cuenta con mucha agua y pocas calorías, convirtiéndose en un alimento ligero y digestivo. Su pulpa sirve como calmante de todo tipo de inflamaciones del estómago o intestino, y desde la antigüedad se recurría a ella para tratar el síndrome de colon irritable o la gastritis crónica. Pese a ello, resulta bastante frecuente que al comerla haya gente que sufra pequeñas flatulencias.
El poder nutritivo
El consumo de calabaza nos aportará minerales como el magnesio, fósforo, potasio y el hierro, pero este último en menor medida. También está considerada una gran fuente de ácido fólico y vitamina C, pero sobre todo de betacarotenos, que es lo que le aporta ese color anaranjado que comparte con otro vegetales saludable como la zanahoria.
Al ser rico en betacarotenos puede presumir de tener un gran poder antioxidante. También se recomienda incluirlo en la dieta para mejorar la función visual, una vez que se demostró que ayuda a rebajar el riesgo de ciertos trastornos como la fatiga ocular, la degeneración macular, cataratas o ceguera nocturna.
A la hora de preparar la calabaza conseguiremos que tenga un gran efecto saciante si se cocina asada al horno. Puede encajar con tranquilidad en cualquier dieta de adelgazamiento ya que es un vegetal con un elevado contenido en agua, pocas grasas y mucha fibra.
Hay que sacar partido además del efecto diurético de la pulpa, que cuenta con un elevado contenido en potasio y una reducida concentración en sodio. Además de tratar con respeto a los riñones, también consigue desempeñar un poder de limpieza y desintoxicación que ayudará a mejorar nuestro estado de salud de manera general.
En algunos países de Latinoamérica aún se utiliza la pulpa de este vegetal en forma de apósito, para tratar sobre todo las quemaduras de carácter leve. Se consigue reducir el dolor y la inflamación, además de acelerar la cicatrización.
Las semillas de calabaza
Se piensa que en la antigüedad se cultivaba la calabaza con el propósito de aprovechar las semillas. Y esto no resulta tan descabellado porque las semillas están consideradas todo un tesoro nutricional, ya que en ellas se concentran una gran cantidad de minerales, vitaminas y antioxidantes que contribuyen a mejorar funciones importantes del organismo, además de actuar como preventivo ante ciertas dolencias.
Hay que decir que la pulpa de la calabaza a lo mejor no es del todo aconsejable para aquellas personas que sufren diabetes, sobre todo por alto índice glucémico que tienen. Sin embargo, sus semillas pueden encajar mejor en la dieta de los diabéticos. De hecho, estudios recientes han demostrado la capacidad que tienen para regular la insulina en animales con problemas pancreáticos.
Esto significa que la calabaza debe ser algo más que una simple figura de Halloween. En nuestra cocina le reservaremos un hueco.
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