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Ayuno intermitente: ¿nuevo aliado para prevenir la inflamación y el cáncer hepático?

La práctica controlada de privar al organismo de energía puede ser beneficiosa para ciertas patologías como el hígado graso

El hígado graso afecta a un 75% de las personas con sobrepeso y a un 90% con obesidad grave

La enfermedad hepática se ha convertido en una preocupación global en el ámbito de la salud pública debido a su creciente prevalencia mundial, tal y como exponen en la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 2023, se registró un notable aumento en los casos de afecciones hepáticas, que van desde la esteatosis hepática no alcohólica hasta enfermedades más severas como la hepatitis viral y la cirrosis. Este incremento ha encendido las alarmas en la comunidad médica y científica, así como en los sistemas de salud, por sus serias implicaciones para la salud y la calidad de vida de quienes la padecen.

Un reciente estudio realizado por el Centro Alemán de Investigación del Cáncer y la Universidad de Tubinga ha revelado que el ayuno intermitente podría ofrecer protección contra la inflamación hepática e incluso el cáncer de hígado. Publicado en la prestigiosa revista Cell Metabolism, este trabajo aporta nuevas perspectivas sobre los beneficios del ayuno intermitente para la salud del hígado.

La práctica controlada de privar al organismo de energía puede ser beneficiosa para ciertas patologías. Tanto en estudios experimentales como clínicos, el ayuno ha demostrado tener efectos positivos sobre el síndrome metabólico. En particular, este estudio ha observado que puede mejorar parámetros relacionados con la esteatosis hepática metabólica, comúnmente conocida como hígado graso.

El equipo de investigadores se centró en analizar cómo el ayuno intermitente puede influir en el hígado, descubriendo resultados prometedores. Según sus hallazgos, el ayuno intermitente no solo puede frenar la progresión de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD), sino que también puede prevenir su evolución hacia condiciones más graves como la inflamación crónica y el cáncer hepático.

Hígado graso

El presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), José Luis Calleja, afirma que entre el 20% y el 25% de la población española tiene hígado graso, una patología que constituye la tercera causa de cáncer de hígado; si bien considera probable que sea la primera en una década, dado el avance de su prevalencia. 

Esta condición se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado de personas que no consumen alcohol en exceso. Si no se trata, la NAFLD puede avanzar y causar inflamación crónica del hígado, un factor de riesgo significativo para el desarrollo de cáncer de hígado, explican los investigadores del estudio.

El informe destaca que el ayuno intermitente podría ser una intervención efectiva para interrumpir este proceso. A través de periodos controlados de ayuno, el cuerpo puede reducir la cantidad de grasa acumulada en el hígado, disminuyendo así el riesgo de inflamación y daños celulares que podrían llevar al cáncer. Según los investigadores, sus  conclusiones demuestran que el ayuno intermitente 5:2 (que consiste en hacer dos días muy bajos en calorías o días de ayuno y 5 días de alimentación «normal»), tiene un gran potencial, tanto en la prevención del hígado graso y del cáncer de hígado, como en el tratamiento de la inflamación hepática crónica establecida. 

Los resultados de esta investigación podrían tener importantes implicaciones para las recomendaciones de salud pública y el manejo de la NAFLD. Al promover el ayuno intermitente como una estrategia preventiva, se podría mejorar la salud hepática de numerosas personas, reduciendo la incidencia de enfermedades hepáticas graves y potencialmente mortales.