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Afrontar las discusiones sobre la limpieza en casa

La convivencia en pareja necesita de unas pautas diarias. ¿Cómo afrontar las discusiones sobre la limpieza en casa? Toma nota de estos consejos.

  • Francisco María
  • Colaboro en diferentes medios y diarios digitales, blogs temáticos, desarrollo de páginas Web, redacción de guías y manuales didácticos, textos promocionales, campañas publicitarias y de marketing, artículos de opinión, relatos y guiones, y proyectos empresariales de todo tipo que requieran de textos con un contenido de calidad, bien documentado y revisado, así como a la curación y depuración de textos. Estoy en permanente crecimiento personal y profesional, y abierto a nuevas colaboraciones.

La vida en pareja y en familia involucra numerosos desafíos y requiere una actitud consciente para evitar conflictos innecesarios. En el día a día, compartir el hogar con otras personas implica compartir también la responsabilidad por tareas cotidianas, las cuales no siempre resultan agradables o interesantes para todos. En este contexto, las discusiones sobre la limpieza en casa pueden volverse muy frecuentes, impactando negativamente en los vínculos. Para ayudarte, proponemos algunas reflexiones para saber lidiar de forma más inteligente con este tipo de conflicto.

Romper paradigmas es necesario para una convivencia más sana  

Durante mucho tiempo, se viene perpetuando un concepto equivocado de que las tareas domesticas son de exclusiva incumbencia de las mujeres. Esta es solo una de las demostraciones cotidianas de cómo el machismo está profundamente enraizado en nuestra sociedad. Y de cómo dificulta la construcción de vínculos positivos inclusive dentro de los círculos familiares.

La necesidad de un cambio de paradigma ya debería estar evidente para todos nosotros, seamos hombres o mujeres. Los quehaceres domésticos son tareas o deberes prácticos que hacen parte de nuestra rutina, al igual que muchas otras cosas.

No pensamos que cepillarse los dientes o bañarnos sea algo exclusivo de un género. De la misma forma, ocuparse de la limpieza en casa tampoco debe serlo… No hay nada de “no masculino” en ocuparse de la higiene y organización de un hogar, en especial si hablamos de tu hogar.

La limpieza en casa como una responsabilidad compartida

Cuando la limpieza en casa queda bajo la responsabilidad de una sola persona, lo más probable es que esta persona se sienta constantemente saturada. A diferencia de una jornada de trabajo, que incluye pausas, horarios de alimentación, inicio y fin, las tareas domesticas son de exigencia permanente.

Un hogar siempre necesita alguna acción, siempre hay algo que limpiar, y ello resulta agotador en el día a día. Entender la complejidad, el esfuerzo y la constancia involucrados en la limpieza de una casa, es indispensable para no menospreciar este tipo de tareas. Ni mucho menos disminuir la importancia y la capacidad de quienes las realizan.

Todas las personas que comparten una casa se ven beneficiadas por vivir en un ambiente limpio y organizado. En consecuencia, todos deberían involucrarse en los quehaceres necesarios para que este espacio se vea y se sienta de esta manera.

El tema de la limpieza en casa también incluye a los niños y adolescentes, porque el incentivo a colaborar en la casa necesita estar presente en su educación para ser naturalizado en la edad adulta. Si un niño es criado viendo únicamente a su madre sobrecargada por las tareas domesticas, tenderá a reproducir esta lógica en su propia familia.  Lógicamente, los adultos deben saber reconocer qué tareas los más jóvenes están preparados o no para realizar, para garantizar su seguridad.

La división de tareas como parte de la rutina del hogar

Plantar la limpieza en casa como una responsabilidad compartida no significa que todos deben hacer siempre las mismas cosas. Una buena planificación semanal, dividiendo las tareas y turnando los responsables por realizarlas, puede resultar más justa y menos tediosa.

También es interesante llevar en consideración las aptitudes de cada integrante familiar a la hora de dividir las tareas. Quizá algunos se sientan más cómodos haciendo determinado tipo de actividad, mientras otros muestren más interés por otro tipo de tarea.

En toda buena organización, la flexibilidad y la escucha activa serán piezas clave para llegar a consensos y fomentar una convivencia más saludable. Recordemos que a todos nosotros nos cabe la responsabilidad de plantar buenas semillas, y aportar nuestro granito de arena para que las nuevas generaciones asimilen naturalmente buenas prácticas.