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Ablutofobia: descubre si tienes miedo a bañarte

De los numerosos miedos irracionales que existen, el miedo a bañarse es uno de los más extraños y que más dificultades puede provocar. Evidentemente, si una persona tiene complicaciones para mantener su higiene personal, eso acabará afectando sus relaciones sociales. Conviene entonces repasar qué es la ablutofobia, cuáles son sus causas y qué tratamientos hay para intentar controlar este trastorno.

La ablutofobia es más común en niños y en mujeres que en hombres adultos, aunque en realidad cualquiera puede verse afectado por ella. Es una de las fobias de tipo específico y se asocia a la ansiedad. El problema para el paciente es que ducharse es inevitable, y necesario.

¿Qué síntomas presenta la ablutofobia?

En general, quienes conviven con este diagnóstico -incluso antes de enterarse de él- muestran un fuerte rechazo al agua, al jabón, etc. Básicamente, cualquier objeto de los que se encuentran en el baño hace que quiera huir inmediatamente del lugar en el que se halla.

Es importante aclarar que no estamos hablando de esa cierta reticencia de los niños pequeños a ducharse, sino de un miedo incontrolable. Un estudio de The Lancet Psychiatry ahonda en este problema y afirma que los síntomas suelen durar más de seis meses.

Los estudiosos detrás del informe también explican que no son extrañas otras conductas como la sudoración o la respiración acelerada. Este comportamiento errático obliga a las personas a ser bañadas por otras, y los resultados de esas duchas nunca son igual de buenos. Se genera así una especie de ansiedad que no tiene que fin y que si provoca cambios en la vida de la persona entonces hay que tratarlo.

¿Qué hay detrás de esta fobia y cómo tratarla?

El origen de la ablutofobia puede ser traumático, por lo que un profesional debe indagar en aquello que puede haber sucedido en la infancia del paciente.

Ahora bien, puede salir realmente  sin ninguna causa y de golpe, como sucede con otras fobias relacionadas.

Esto significa que hace falta terapia para superarla, empezando por una consulta si se sospecha que se padece la ablutofobia. Generalmente, al ser los de mayor eficacia demostrada hasta el momento, se realizan tratamientos cognitivos conductuales.

Lo ideal es no esperar tiempo e ir al psicólogo primero, y si es necesario al psiquiatra para que puedan ayudarnos en este proceso. Con el tiempo, la fobia puede irse y uno seguir si vida normal. Si es verdad que el problema puede alargarse en el tiempo.