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El 88% de las enfermeras tiene problemas psicológicos debido a la presión asistencial

El documento revela que el 23% ha pedido la baja laboral por algún problema derivado de la carga emocional

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

El Consejo General de Enfermería denuncia que la carga asistencial que sufren las enfermeras y enfermeros de España en su día a día desde hace años es insostenible y más del 95% de los profesionales considera que tiene un volumen de trabajo alto o excesivo y un 88,3% reconoce que esta presión en el trabajo les ha afectado psicológicamente mucho o bastante. Así se desprende de las cifras extraídas de una macroencuesta realizada por la institución que representa a las más de 345.000 enfermeras de nuestro país entre casi 10.000 enfermeras y enfermeros. Los resultados, tal y como apuntan desde el CGE, son «peores que hace dos años».

Se trata del Estudio sobre el impacto de la presión asistencial en la profesión enfermera, que busca conocer cuál es la situación de las enfermeras en la actualidad y comprobar cómo ha variado con respecto a 2022, año en el que se realizó por primera vez para conocer los estragos de la pandemia en la profesión.

La encuesta que tiene como objetivo conocer cuál es la situación actual de las enfermeras y en la que han participado más de 8.300 profesionales. Así, el 86% de las enfermeras ha tenido episodios de estrés, el 66,6% ansiedad, el 60% insomnio y el 27, declara que ha llegado a tener depresión.

Además, el 56,1% de las enfermeras encuestadas asegura que su situación laboral ha empeorado con respecto a la que tenían antes del covid-19. «La situación actual es terrible. Si todo sigue igual tendremos una quiebra del sistema sanitario español. Ya no podemos avisar más veces a los políticos sobre cómo están las condiciones laborales, la situación está al límite», ha advertido en la rueda de prensa el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya.

En cuanto al volumen de trabajo, las enfermeras lo puntúan con un 8,62 sobre 10, y aunque la percepción de exceso de trabajo es transversal a todos los ámbitos, el área sociosanitaria (8,91), y hospitalización (8,81) tienen las puntuaciones más altas.

Una baja del 23%

El documento revela que el 23% de las enfermeras ha pedido la baja laboral por algún problema derivado de la carga emocional que genera la presión asistencial, lo que supone un incremento con respecto a 2022, cuando el dato era del 16,5%.

«Esta cifra tiene un enorme coste económico para el sistema y mayor sobrecarga para el resto de enfermeras. Si no podemos prevenir los problemas de nuestras compañeras, esto seguirá aumentando», ha destacado la vicepresidenta del CGE, Raquel Rodríguez.

En este sentido, el 63% de las consultadas declara que ha necesitado ayuda profesional a nivel psicológico. De ellas, el 37,8% ha tenido acceso a esa ayuda. Asimismo, 6 de cada 10 profesionales asegura que ha pensado en algún momento dejar la profesión, un número superior al recogido en 2022, cuando era el 46,5%.

«Hemos visto que el 36 por ciento declara que no volvería a estudiar Enfermería si pudiera dar marcha atrás, 7,7 puntos más que hace dos años, cuando esta reconsideración afectaba al 28,4 por ciento», ha explicado la coordinadora del Instituto Español de Investigación Enfermera del CGE, Guadalupe Fontán.

El presidente del CGE ha informado de que el estudio se presentará el próximo 19 de noviembre al secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla. «En la reunión que mantendremos le informaremos sobre la situación actual, que tiene que conocerla. Anteriormente, dije que el Ministerio de Sanidad estaba en la línea de solucionar algunos problemas importantes de la profesión, pero las promesas las hemos escuchado de otros ministros anteriores y no se han hecho realidad», ha lamentado Pérez Raya.

Más allá de la sobrecarga asistencial, la encuesta ha valorado las condiciones laborales y de la profesión, consiguiendo el apoyo unánime a la demanda del reconocimiento de la categoría A. Un 96,8% de los encuestados lo consideran muy o bastante importante.

Además, el desarrollo de las especialidades (2,19), la conciliación de la vida familiar y laboral (2,73) y el reconocimiento del desarrollo profesional (2,92) son los parámetros que peor puntuación consiguen.

«En definitiva, los datos que hemos desglosado de esta encuesta son altamente preocupantes. Debemos trabajar mucho para recuperar las ganas de las enfermeras, pero, sobre todo, desde las Consejerías de Sanidad y el Ministerio son quienes tienen que ponerse manos a la obra para fortalecer el Sistema Nacional de Salud. Lo hemos dicho muchísimas veces, sin enfermeras no hay salud y sin salud no hay futuro. Está en sus manos apostar de verdad por una profesión que siempre ha estado ahí y que cada vez está más al límite», concluye Pérez Raya.