Natillas caseras de huevo y dátiles
Las natillas caseras de huevo y dátiles son una propuesta muy económica. Ahora tendrás un manjar muy sencillo de preparar… ¡A cocinar!
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Las natillas caseras de huevo y dátiles son ideales para el invierno. Se cree que este alimento se originó en los conventos europeos, específicamente, en Francia durante el Renacimiento. Desde allí, se extendió a toda Europa por ser un alimento muy nutritivo y de fácil elaboración. En esa época, estos manjares eran consumidos en Navidad con el propósito de calentar el cuerpo. A pesar de esto, en la actualidad se disfrutan durante todo el año en diferentes presentaciones y combinaciones de frutos en almíbar o confitados. Es un sencillo plato casero, un postre tradicional al que se le da una vuelta con matices distintos de los dátiles.
Esta receta de natillas caseras de huevo y dátiles es sencilla y muy práctica. En ella se mezcla muy bien la textura suave y pastosa del lácteo condensado con los dados pequeños y con sabor a miel de los dátiles. En realidad, el dulzor de estos frutos sustituye muy bien al azúcar, aportando una textura robusta y melosa que se convierte en un regalo de sabor y color que viene bien con cualquier comida.
Los ingredientes de las natillas caseras de huevo y dátiles son altos en proteínas. Tanto la leche como los huevos contienen vitaminas del grupo B, además de minerales como el hierro y el calcio. La ingesta de estos alimentos es recomendada para la formación y fortalecimiento de los huesos y la masa muscular. A continuación, te indicamos cómo preparar esta sencilla receta… ¡Sigue leyendo!
Ingredientes:
- 4 yemas de huevo
- 150 gramos de azúcar
- 80 gramos de dátiles sin hueso
- 16 gramos de almidón de maíz
- 1 rama de canela
- Piel de limón
- 500 mililitros de leche
Cómo preparar natillas caseras de huevo y dátiles:
- Verter la leche en una cacerola junto con la rama de canela y la piel del limón. Cocinar a fuego suave hasta que rompa el hervor. No hace falta que hierva demasiado, solo que rompa el hervor, y luego ya se dejará infusionar.
- Apagar el fuego, tapar la cacerola y dejar reposar la mezcla durante una hora.
- Cortar los dátiles en dados pequeños y reservar. El tamaño de los trozos de dátiles dependerá del tamaño de los tropezones que luego deseamos encontrarnos entre las natillas.
- Batir las yemas y añadir el almidón de maíz. Mezclar bien.
- Colar la preparación de la leche e incorporar los dátiles y el azúcar.
- Calentar la leche de nuevo en una cacerola a fuego bajo y verter la mezcla de huevo y almidón.
- Remover con unas varillas hasta que la mezcla espese.
- Retirar del fuego y colocar en cuatro recipientes para natilla o flan.
Este sencillo postre es el cierre perfecto para una cena durante la temporada de invierno. También se puede servir en el almuerzo o consumir durante la merienda.
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