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Crème brûlée de chocolate con leche y vainilla

Si te gustan los postres del tipo natillas, postres de cuchara, pero con sabores más originales, prueba la créme brûlée.

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  • Francisco María
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Hay postres que no fallan nunca. Uno de ellos es la crème brûlée, con esa combinación mágica de crema suave y azúcar crujiente que se rompe con la cucharilla. En esta versión he querido darle un giro goloso: chocolate con leche y un perfume de vainilla que la vuelve todavía más irresistible.

Es un postre sencillo, elegante y perfecto para cerrar una comida especial.

Ingredientes para 6 porciones

Cómo prepararlo

  1. Perfumar la nata
    Pon la nata y la leche en un cazo. Abre la vaina de vainilla, raspa las semillas y añádelas junto con la propia vaina. Calienta a fuego medio hasta que empiece a humear (no dejes que hierva) y apaga el fuego. Déjalo reposar unos 10 minutos; ese pequeño gesto hace que la crema se impregne de sabor.
  2. Añadir el chocolate
    Echa el chocolate troceado y remueve hasta que se funda. El aroma que sale en este punto ya da ganas de meter la cuchara.
  3. Preparar las yemas
    En un bol grande, bate las yemas con el azúcar. No hace falta montar, basta con que se mezclen y se aclaren un poquito.
  4. Unir todo
    Vierte la mezcla de nata y chocolate sobre las yemas poco a poco, en hilo fino, sin dejar de batir para que no cuajen. Luego cuélala para que quede sedosa, sin grumos.
  5. Hornear al baño María
    Reparte la crema en moldes y colócalos en una fuente honda. Añade agua caliente hasta cubrir la mitad de los moldes y hornea a 150 °C durante 35-40 minutos. La señal de que están listos es que al moverlos tiemblen ligeramente en el centro, como una gelatina.
  6. Reposo
    Déjalos enfriar primero fuera del horno y luego en la nevera al menos 4 horas. Mejor aún si los preparas el día anterior: el sabor se asienta y la textura gana.
  7. El toque final
    Justo antes de servir, espolvorea un poco de azúcar sobre cada molde y quémalo con un soplete de cocina. Si no tienes, el grill del horno hace el arreglo. La clave, es lograr esa capa dorada y quebradiza que contrasta con la suavidad interior.

Consejos de la casa

Calorías aproximadas

Total: 3.040 kcal
Cada porción (de 6) aporta unas 507 kcal.

En resumen

El crujido del azúcar al romperse, la cremosidad que viene después y ese sabor goloso hacen que cada cucharada sea un pequeño lujo. No es un postre ligero, pero merece la pena darse el capricho de vez en cuando y compartirlo en buena compañía.