Así enaltecen a ETA en el pueblo donde vive el empresario amigo de Cerdán íntimo de Otegi
Ausencia de Policía y pintadas proetarras en Elorrio, feudo de Bildu y hogar del empresario Antxon Alonso


La localidad vizcaína de Elorrio, donde reside el empresario Antxon Alonso Egurrola investigado por la UCO en la trama de Santos Cerdán, se ha convertido en escenario de pintadas que ensalzan a la banda terrorista ETA. OKDIARIO recorre las calles de este municipio de poco más de 7.000 habitantes. Las inscripciones aparecieron en muros del municipio que actualmente gobierna Bildu y donde la presencia de las fuerzas del orden se encuentra significativamente mermada tras décadas de hostilidad hacia los cuerpos de seguridad.
Las pintadas, que incluyen mensajes como «Oroímena askatasurieriantz» (Memoria a los luchadores por la libertad), reflejan el ambiente proclive al enaltecimiento del terrorismo que caracteriza esta localidad. En este mismo pueblo, durante la pasada Eurocopa, aparecieron pintadas contra el futbolista de la Selección española Mikel Oyarzabal, hijo de madre elorriarra, al que tachaban de «traidor» por defender los colores de la selección nacional.
El clima de intimidación en Elorrio ha alcanzado tal punto que la Policía Municipal no porta armas de fuego, no existe comandancia de la Guardia Civil desde que asesinaron a un agente, y la de la Ertzaintza fue incendiada. Esta situación de anomalía institucional contrasta con la prosperidad empresarial de algunos vecinos ilustres, como Antxon Alonso, administrador de múltiples sociedades investigadas por presunta corrupción.
Alonso Egurrola, originario de Elgoibar como el coordinador de Bildu Arnaldo Otegi, mantiene su residencia en Elorrio, desde donde dirige un entramado de 14 empresas. Según el informe de la UCO, su sociedad Servinabar ha sido investigada por presuntas comisiones ilegales en adjudicaciones públicas por valor de 76 millones de euros, especialmente en el contrato del túnel de Belate en Navarra.
El informe de la UCO confirma que Antxon Alonso reside en una calle céntrica de Elorrio, y que «su presunta implicación en los hechos se encuentra relacionada con la constitución de las sociedades Noran –que desveló OKDIARIO– y Servinabar, cuya actividad económica conocida está fuertemente ligada» a las adjudicaciones investigadas.
Los agentes han observado que Alonso «consta empadronado en este domicilio referido desde 2022» y que durante la actividad operativa han constatado «que se trata de su domicilio habitual», observando además estacionado en la puerta de este lugar un vehículo titulado por su pareja.
En el paseo por esta localidad acompaña a OKDIARIO Carlos García, actual concejal del PP en Durango y que fue edil en Elorrio entre 2011 y 2015. «Los de Otegi son expertos en cobrar mordidas… igual que la camorra o la mafia siciliana», afirma. García recuerda que durante su mandato, a pesar de las tensiones, «se puso la bandera de España por primera vez» en el consistorio elorriarra, evidenciando el rechazo institucional hacia los símbolos constitucionales.
La relación entre Antxon Alonso y el entorno abertzale no se limita a coincidencias geográficas. Según fuentes políticas navarras citadas en la investigación, el empresario vasco «fue la persona que más influyó en convencer a Santos Cerdán de que el PSOE navarro debía cruzar la línea roja y pactar con los proetarras para que nunca más gobernara la derecha en Navarra».
Extorsión sistémica
Un estudio de la Universidad del País Vasco reveló que ETA extorsionó a 10.000 empresarios vascos durante décadas. En Elorrio, esta práctica alcanzó niveles de sistematización muy preocupantes. Carlos García denunció ante la Policía Nacional y la Guardia Civil cómo «pasaban un sobre vacío a cada comercio en Navidades y días después pasaban a recoger y anotaban quién pagaba y quién no y cuánto».
Esta «contabilidad en negro», según García, servía para financiar gastos inconfesables, incluida la defensa jurídica gratuita de centenares de terroristas durante décadas. «Un misterio que nunca se ha podido resolver es cómo pagan a los cientos de abogados que han defendido gratis durante décadas a los terroristas detenidos o encarcelados», añade el concejal popular.
El José Antonio López Ruiz, Kubati, también es de Elorrio, y cuando el terrorista regresó a la localidad tras su paso por la cárcel del Puerto de Santa María (Cádiz) «lo recibieron con cohetes como homenaje y pancartas de bienvenida», según recoge la hemeroteca. Este contraste entre la hostilidad hacia símbolos españoles y la exaltación de figuras del nacionalismo terrorista vasco ilustra la polarización total que caracteriza al municipio.
Feudo empresarial
Elorrio es también sede de la cooperativa Eroski, una de las principales cadenas de distribución del País Vasco, lo que evidencia la paradoja de una localidad próspera económicamente pero con graves déficits en normalidad democrática.
Ahora, la investigación sobre Antxon Alonso ha puesto el foco en cómo determinados empresarios vascos pueden haber utilizado sus conexiones políticas para obtener contratos públicos millonarios.
El PP ha solicitado al Gobierno vasco información sobre todas las adjudicaciones concedidas a empresas vinculadas a Alonso desde 2018, tanto en departamentos controlados por el PSOE vasco como por el PNV. La petición incluye sociedades como Residencial Playa Laga, Etxebal, Carrión Ocio, Antal [las siglas de ANTxón ALonso], Marbella Real State y Next Generation Caliope Innova, entre otras.
Nuevo escenario político
Carlos García advierte sobre las implicaciones políticas del caso: «Al PNV le da pavor que Bildu y el PSOE puedan pactar, por eso no se mueven». Esta reflexión cobra especial relevancia porque Santos Cerdán, mano derecha de Pedro Sánchez, fue quien negoció la salida de la socialista Elma Saiz del Ayuntamiento de Pamplona para facilitar el acceso de Bildu al gobierno municipal desatando un escándalo mayúsculo. Saltó a ser ministra de Seguridad Social.
La investigación de la UCO sobre las presuntas comisiones ilegales en el contrato del túnel de Belate ha destapado una red de relaciones que conecta empresarios vascos, políticos socialistas y el entorno abertzale. El registro del domicilio de Antxón Alonso en Elorrio esta semana marca un punto de inflexión en una investigación que podría tener ramificaciones imprevistas. Los vecinos preguntados dicen que no le conocen. No obstante, podrían estar protegiendo a un capo de la presunta trama corrupta por temor a represalias.
La connivencia entre poder económico y político en territorios donde el enaltecimiento del terrorismo sigue siendo moneda corriente plantea interrogantes sobre la normalización democrática en determinadas zonas del País Vasco. Mientras las pintadas ensalzando a ETA empapelan los muros de Elorrio, la justicia investiga si esa misma localidad ha sido epicentro de una trama de corrupción que alcanza las más altas esferas del poder político español.