Opinión

Yolanda Díaz, 16 meses mirando para otro lado

La conclusión del caso Errejón -no hace falta perderse en grandes disquisiciones- es que Más Madrid y sus máximos dirigentes, entre ellas la ministra de Sanidad, Mónica García, y la máxima responsable de Sumar, la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, sabían desde junio de 2023 de la existencia de una denuncia de una mujer en redes sociales en las que se daba cuenta del acoso sexual del que fue objeto por parte de Íñigo Errejón.

Eso queda meridianamente claro, tanto como que en lugar de dar credibilidad a la víctima, se optó por dejar correr el caso, amparándose en el obsceno argumento de que la mujer borró su denuncia en las redes. Todo lo demás es un intento de desviar la atención y de tratar de no asumir su responsabilidad en un asunto de la máxima gravedad.

Lo que ha hecho Yolanda Díaz es, simple y llanamente, despejar su culpa apuntando a Más Madrid: lavarse las manos, para entendernos, y presumir de máxima diligencia cuando el caso Errejón ya había estallado con toda su crudeza al conocerse más denuncias contra el ex portavoz parlamentario de Sumar.

Lo más irritante es que Díaz haya confirmado que supo del comportamiento de Errejón hace 16 meses, pero que no hizo nada porque la denuncia de la mujer desapareció. O sea, que el «yo sí te creo, hermana» -lema favorito de la izquierda – fue sustituido por los responsables de Más Madrid y Sumar por un coral «Vamos a mirar para otro lado».

Nada de lo dicho por la vicepresidenta del Gobierno resulta convincente, sobre todo, porque se justifica de que perdieron el rastro de la denunciante y se olvidaron del asunto tiene un punto de obscenidad. Yolanda Díaz no puede presumir de nada, porque destacar su «rápida» actuación en un caso que arranca hace 16 meses es de una hipocresía lacerante. Lo sabían y en lugar de investigar hasta sus últimas consecuencias la denuncia, optaron por lo más fácil: proteger a Íñigo Errejón por la vía de dejar que el asunto se pudriera.