Opinión

Ya sabemos quien es el ministro de Economía y Hacienda: Pablo Iglesias

Dijo el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, que en lo relativo a la renta mínima vital no había diferencias en el Gobierno, que todo se debía a las interpretaciones erróneas de los  medios de comunicación. De un tiempo a esta parte, la culpa la tiene siempre el mensajero. Pues si no había diferencias, ¿cómo es posible que hace unos horas dijera la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, que la cosa iba para largo -cuestión de  meses, precisó- y ahora se anuncie para mayo?

Que había diferencias era obvio, que se hicieron públicas, notorio, y que el Gobierno socialcomunista es una jaula de grillos, una verdad como la copa de un pino. Y lo más grave de todo es que quien se ha salido con la suya ha sido de nuevo Pablo Iglesias. La renta mínima vital era una obsesión personal del líder de Podemos y, otra vez, ha conseguido el visto bueno de Pedro Sánchez, que en su afán por seguir abrazado al poder ha claudicado ante las exigencias del sector comunista del Ejecutivo.

Una cosa queda clara: Pablo Iglesias es hoy, de facto, el ministro de Economía y de Hacienda, porque todos los pulsos que ha mantenido con Nadia Calviño y María Jesús Montero los ha ganado. En un momento en que la economía española se muestra devastada, el triunfo del sector podemita del Gobiereno resulta inquietante y grave. Que las tesis comunistas se abran paso en el Ejecutivo por encima de los responsables del área económica es, sencillamente, para echarse a temblar.

Pedro Sánchez ha vuelto a dar vía libre a Pablo Iglesias para imponer sus recetas. Lo que revela que el jefe del Ejecutivo no es capaz de aguantar las embestidas de Podemos. La razón es sencilla de entender: a Sánchez le preocupa más seguir siendo presidente del Gobierno a toda costa que las crisis sanitaria y económica que asuelan España, por muy graves que sean.