Opinión

Ya entiendo por qué quieren ser de izquierdas

El otro día, me sorprendió que, en las noticias de televisión, se informase del hundimiento del suelo en un concierto en Vigo y, cuando se hacía referencia a la investigación abierta y la polémica surgida por la responsabilidad municipal, de forma muy colateral, se afirmó que “un grupo municipal había pedido explicaciones sobre el estado del lugar una semana antes”. Esa referencia, tan oculta y colateral, y la falta de indicación del grupo político, me hicieron seguir la noticia en las diferentes cadenas televisivas sin obtener dato nuevo alguno.

Al día siguiente, se mantienen las noticias sobre el siniestro y puedo comprobar que el alcalde de Vigo es el Sr. Abel Caballero, a la sazón, exministro socialista, que afirma que la responsabilidad no es del Concello. Por fin, me entero de cuál era el grupo que había pedido información.

Sorprende que, cuando estamos ante un ayuntamiento, supuestamente, de izquierdas, no se actúa con igual contundencia, con igual rotundidad y fuerza, no ya por las formaciones políticas, sino por los medios de comunicación, que cuando el gobierno está en manos de una supuesta fuerza de derechas.

En plena polémica por un master NO HABILITANTE realizado por Casado, hace más de 10 años, aparece, de forma descarada, que la mujer de nuestro presidente es contratada, con un puesto ad hoc, por el Instituto de Empresa,  al que poco antes el Gobierno del Sr. Sánchez le había entregado importantes cantidades de dinero y, aunque la Sra. Gómez no tiene siquiera una licenciatura que la habilite,  había estado dando clases en la Universidad que, legalmente, requiere dicha titulación para poder dar clase en ella.  Es decir, la Sra. Gómez –la del Sr. Sánchez, pues la mía no podría- , sin ser licenciada, daba clases en una universidad pública que exige, al resto de “Gómez”, dicha titulación e incluso el doctorado para ello y pasa, una vez que su marido es Presidente, a formar parte del elenco de profesores de una Academia privada de Enseñanza, curiosamente una de las más reconocidas.

Sorprende, nuevamente, que a un representante de la derecha se le exija demostrar que aprobó la EGB y a una de izquierda se le permitan todo tipo de chanchullos y “mamandurrias” sin que a nadie se le pongan los pelos como escarpias.

Al Sr. Ignacio González se le estuvo investigando durante años la compra de un ático, hasta que le sacaron una tonelada de basura; pero, nadie ha pedido la investigación del casoplón que han adquirido la parejita de Podemos, que aparenta un trato de favor de la banca prestamista y, muy posiblemente, la existencia de dinero negro.

Sorprende, una vez más, que a los que se arrogan el título de izquierda se les permite cualquier tipo de mierda y una mota de polvo en quien se titula de derecha sirve para criminalizar a sus bisabuelos y aplicarles el adjetivo de fascistas.

El problema de la política es que como se dedican a ella muy pocos con un curriculum de verdad, con una profesionalidad demostrada y una actividad previa que sostenga su valía, para cobrar como si realmente valiesen para algo, se inventan una profesionalidad y, así, se sirven de la actividad política para “ser”, en lugar de “ser” algo para dedicarse a la política y, si la prensa fuese libre, aplicaría el mismo rasero a unos y otros y no ser una rastrera sometida.

¿Cuándo requeriremos a nuestros políticos la profesionalidad y responsabilidad que exigimos al gerente de una empresa antes de pagarles mejor a que a estos?