Opinión

Vicente Gil: «Errejón, Yolanda, Ábalos y Sánchez… Gobierno de corruptos, maltratadores y puteros»

Vaya por delante que el asunto fundamental del que no debemos desviarnos es la corrupción del gobierno Sánchez, que es el que le hará caer. Una nueva trama de Víctor de Aldama y el propio Ábalos apunta al contrabando de petróleo de Venezuela. Atentos. Lo de las mascarillas y los hidrocarburos quedará en una broma en relación a este tema, que empieza a asomar en las investigaciones… Y el dinero en Luxemburgo.

Sánchez dice que no conoce a Aldama y que las fotos publicadas por OKDIARIO no prueban nada. A ver si dice lo mismo cuando lleguen otras fotos que, quizá, están por llegar.

Sánchez está desesperado porque la brutal red corrupta de su gobierno empieza y termina en él. Y le llegará su hora, también judicial, aunque, mientras tanto, se pegue al poder como una lapa para intentar protegerse y proteger a su mujer.

Sánchez preside una coalición de corruptos, mangantes, maltratadores, machistas y puteros como el Tito Berni. Lo de siempre del PSOE. Ábalos y su gente tenían guardada a Jéssica en su móvil como Jéssica 20 minutos. ¿20 minutos por qué? Pongan a correr la imaginación.

El caso es que, para rematar estos seis años de degeneración moral, política e institucional con Sánchez, salta lo de Íñigo Errejón. No lo duden. A este niñato de bragueta fácil, engreimiento, machismo, golfería y feminismo hipócrita se la han liado los suyos propios. Lo que está ocurriendo es una operación (sobre hechos reales que todos conocían) muy bien orquestada por Pablo Iglesias, su amiga Cristina Fallarás y su guerrilla en redes para cargarse al propio Errejón, a Yolanda Díaz y a Sumar. Es la venganza fría de Iglesias por haberle traicionado. Política de tierra quemada, como los viejos ejércitos soviéticos. O yo o nada.

El caso Errejón define perfectamente a la banda que nos des-gobierna en coalición desde 2019 junto a la ralea de etarras, delincuentes y golpistas que los mantienen en el Congreso.

Errejón, perdonen la expresión, pero es un mierda. Un golfete que cobraba una beca de la Universidad de Málaga (1.800 euros al mes) sin ir a trabajar ni cumplir los requisitos para obtenerla. Se la concedió un profesor, amiguete suyo de Podemos, Alberto Montero, al que luego Errejón premió haciéndole diputado en el Congreso.

Errejón expresa perfectamente al hombrecillo de tres al cuarto. Al rojo medio habitual made in Spain. Gentucilla con complejos que, en cuanto les das un poco de poder, se creen alguien y se vuelven unos déspotas. También en la cama, por lo visto.

Es patético ver en estas horas a Sánchez y a sus ministros defender a Yolanda Díaz y decir que Sumar ha sido «contundente» con Errejón. De risa. Como cuando el propio Sánchez se dice de sí mismo que ha sido «contundente» con la corrupción de la trama de Ábalos.

Mientras tanto, produce un placer enorme ver cómo se despellejan entre ellos. Ahora resulta que nadie sabía nada de lo que ocurría con Errejón ni nadie intuía nada. Están en la fase (muy típica del rojerío) de hacer teatrillo barato y poner cara de compungidos mientras le pasan la pelota a otro y hasta se hacen las víctimas. No se crean nada. Son unos falsos.

Les resumo la cosa. Vamos uno a uno.

La primera, Yolanda Díaz, que ha mentido esta tarde. Al final ha tenido que reconocer que conocía desde junio del 23 la denuncia de una chica en Castellón contra Errejón. Aún así, le hizo diputado y portavoz de Sumar en el Congreso.

Yolanda Díaz no ha tenido más remedio que reconocerlo porque esta mañana Podemos aseguraba que en 2023 informó a Yolanda Díaz de aquella denuncia. Si alguien conoce bien a Errejón es Iglesias porque son tal para cual.

Yolanda Díaz se ha quitado de enmedio todo lo que ha podido desde el jueves hasta hoy lunes. De viaje en Colombia, contestó de malos modos a los periodistas que le preguntaron: «¡Pregunten ustedes a Sumar! Yo estoy aquí como vicepresidenta del Gobierno». Como si Sumar no fuera ella.

En ausencia de Yolanda Díaz, el sábado sacaron al pijo diplomático de Urtasun. Éstos son los más fanáticos y peligrosos porque su aspecto engaña, como Errejón. Urtasun salió con 4 plañideras de la dirección de Sumar que se hacían las afectadas. Urtasun vino a decir lo sentimos mucho, aquí nadie dimite y preguntad Más Madrid, el partido de Errejón.

¿Lo van siguiendo? ¿Ven cómo se pasan la pelota unos a otros? Hoy han salido Mónica García, Rita Maestre y Manuela Bergerot. Vaya cuadro. Sobreactuando. ¡Qué falsas! ¿Y qué ha dicho Mónica García? Pues que lo siente mucho, que no sabía nada y que tampoco dimite. Son tan cobardes que le han echado la culpa al flanco más débil, la exjefa de Gabinete de Errejón, Loreto Arenilllas. Arenillas les ha desmentido ipso facto: «Informé a la dirección de las denuncias que había contra Errejón y no me hicieron caso».

Todas sus comparecencias van acompañadas de teatro barato. Como el de Rita Maestre. Por carta, en redes sociales, ha dicho que Errejón le parecía un «buen novio» y que se siente engañada.

Pero digo yo. Si Errejón era el monstruo violento que describe la actriz Elisa Mouliaá, ¿de verdad que Rita no vió nada viviendo con él durante años? ¿O es que aceptó sumisa el machismo de Errejón a cambio de no entorpecer su incipiente carrera política? ¿Llevas tapando, Rita Maestre, a Errejón desde que érais estudiantes de Políticas en la Complutense con Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero de profesores? ¿Tú también tuviste que hacer tutorías en el despacho de Monedero con la puerta abierta, por si acaso, como otras compañeras tuyas?

Miren. Ahora entiendo por qué todas estas jovencitas de Podemos y del nuevo feminismo histérico odian a los hombres. Porque, desde la facultad, han estado rodeadas de hombres que eran unos despojos: degenerados, machistas y acosadores como Errejón, Iglesias y Monedero.

Hoy vamos a recordar la manera vomitiva y despectivamente machista con la que Pablo Iglesias daba paso a su alumna Rita Maestre en Tele K, la Tele de Vallecas en Madrid donde empezaron. Y cómo ella le reía sus gracias machistas. Hoy vamos a recordar cómo Iglesias llamaba a sus alumnos por su nombre en clase y a ellas por algún atributo físico. Hoy vamos a ver de nuevo los carteles que se pegaron en la facultad de Políticas acusando al profesor Monedero de acosar sexualmente a sus alumnas.

Hoy vamos a recordar la historia de Fernanda Freire, alumna de Iglesias en Políticas, que contó en su momento como Iglesias le espetó una noche: «Voy al baño a refrescarme. Te espero allí». Hoy recordaremos las historias del Bar La Huelga de Lavapiés, donde Iglesias y Monedero quedaban con sus alumnas para hacer la revolución… pero la sexual y en los baños del local.

Llevamos años publicando estas historias en OKDIARIO, pero nadie nos creyó. O peor. Nadie las creyó a ellas. Porque para la izquierda el «yo sí te creo hermana» depende de quién sea ella.

Iglesias, Monedero y Errejón, los machos-alfa del rojerío nacional, establecieron con las féminas de Podemos una relación de sometimiento que ellas han aceptado desde hace años hasta el punto de progresar políticamente en función de estar o no en la cama del líder. Esta es la verdad. Bien lo sabe Tania Sánchez que fue denostada a la última fila del Congreso cuando en la cama de Iglesias ya yacía Irene Montero.

¿Qué pasó con Dina Bousselham y su teléfono? Iglesias no le puso un chalet ni un programa en TVE, como el Rey Juan Carlos a Bárbara Rey, pero sí un puestazo bien pagado en el Parlamento Europeo y después un periódico, o más bien panfleto, como aquel Última Hora, aunque Dina no era periodista. Por no hablar de Isa Serra, que progresó por su relación personal con Juanma del Olmo, mano derecha de Iglesias.

Por eso, Irene Montero, Isa Serra, Pam, Mónica García, Rita Maestre y compañía odian a los hombres: porque lo que han tenido alrededor han sido machirulos (como dirían ellas), golfos, abusadores o, directamente, acosadores y agresores sexuales que las despreciaban con altanería y las consideraban un mero objeto sexual para satisfacción propia.

Estas niñatas de Podemos, Más Madrid y Sumar son las que dan lecciones al resto de mujeres siendo ellas, como han sido, unas mantenidas sumisas. Verlas hoy compungidas, haciendo teatrillo por lo de Errejón, produce risa. Por supuesto, no dimite ni una.

Como Manuela Carmena, el icono progre de Sumar. Esa especie de alcaldesa divina de Madrid. Carmena ha mostrado hoy su cara más rastrera, como cuando era juez en plaza de Castilla y los más viejos del lugar ya la conocíamos. Carmena es una sectaria con cara de abuelita que hace magdalenas. Así funciona la izquierda. Engañando. Como Errejón, que parecía no haber roto un plato en su vida. Carmena ha dicho hoy que ella tampoco sabía nada del tema y ha reducido las agresiones sexuales de Errejón a «problemas de inteligencia emocional». A la izquierda se le permite todo.

Ya ven. Nadie sabía nada, pero el mismo jueves por la tarde, recién estallado el escándalo, dos periodistas del sanchismo como Ana Pardo de Vera y Esther Palomera dijeron en TVE, con la espontaneidad de los primeros momentos del caso, que lo de Errejón lo sabía todo el mundo en el Congreso. Y digo yo: ¿Por qué no lo denunciaron? ¿Por qué siguieron haciéndole entrevistas y tratándolo con normalidad si sabían que estaban ante un acosador sexual violento?

Lo mismo vale para Cristina Fallarás, amiga de Iglesias y espoleta de esta operación para cargarse a Sumar, a Yolanda y a Errejón. Fallarás la detonó en los medios y a los pocos minutos apareció, casualmente o no, la actriz Elisa Mouliaá diciendo que ella había sido víctima de Errejón y presentando una denuncia en comisaría tres años después de los hechos que relata.

No dudo, en absoluto, que los hechos descritos por la actriz sean ciertos y que merezcan todo el reproche penal y social para que empuren a Errejón, que lo merece, pero la denuncia de Elisa Mouliaá suena, como mínimo, a oportunismo si no es que estaba concertada con Fallarás, Iglesias y compañía.

La actriz cuenta en la denuncia que se fueron de fiesta a casa de unos amigos suyos. Que ya en el coche Errejón le puso unas normas en plan cutre a lo 50 Sombras de Grey. Yo ahí ya hubiera salido corriendo. Pero no. Cuenta la actriz que llegan a la fiesta en casa de sus amigos (o sea, terreno seguro para ella) y que, en un arrebato de celos, dice, Errejón la mete violentamente en una habitación, pone el pestillo, la desnuda, le saca el pene y abusa de ella.

Errejón le dice, después de eso, que se van a su casa y ella acepta. ¿Ustedes qué hubieran hecho si fue tan humillante, que no lo dudo? Por supuesto que entendemos que se quedara paralizada ante semejante bestia. Pero yo hubiera salido de la habitación, hubiera pedido ayuda a mi amiga, a su marido y al resto de los que estaban allí y hubiera echado a Errejón de la fiesta. Pero no. La actriz se mete con Errejón en el coche y se van a su casa. En el camino, la actriz se entera que su hija está con 40 de fiebre, pero se va a casa de Errejón a pasar la noche. Allí continuó el trato que, en la denuncia, ella considera, tres años después, una agresión sexual.

A la mañana siguiente, la actriz le manda un mensaje a su amiga de la noche anterior que le pregunta cómo le ha ido con Errejón. Según se ha publicado, se echan unas risas, dice que Errejón sigue durmiendo allí a su lado, y en un tono semi-pijo tipo «tía que decepción…» le cuenta que no es lo que esperaba porque fue muy brusco.

Yo pregunto. ¿Y eso, tres años después, es una denuncia por agresión sexual?

Perdonen pero suena a lo de Jenni Hermoso y sus compañeras de la selección de fútbol descojonándose de la risa, en un primer momento, del impresentable pico que le dió el impresentable Rubiales en la final del Mundial. Pasados los días y vista la polémica, ellas convirtieron el pico de Rubiales en un drama nacional y una ofensa insuperable.

¿Por qué no le dió un bofetón o una patada Jenny Hermoso a Rubiales allí mismo o después en el vestuario? ¿Por qué la actriz Elisa Mouliaá se fue con Errejón a su casa si le acababa de agredir sexualmente en casa de sus amigos?

Algo no encaja, pero me da igual. Porque Errejón está siendo víctima del sistema inquisitorial que ellos mismos han creado.

Como Cristina Fallarás al agitar el asunto. ¿Cuánto tiempo lleva callada Fallarás sobre Errejón y sus amigotes de Podemos si ha compartido con ellos mítines y fiestas tantos años?

Por lo visto, con celeridad máxima, Cristina Fallarás ya tiene escrito un libro con las denuncias anónimas que ha acumulado en su Instagram. La publicidad ya la tiene hecha con Errejón. Será un súper ventas.

Existe un grave problema que es el acoso sexual a las mujeres, pero conociendo a Fallarás no descarten que la mitad de las denuncias anónimas las haya escrito ella. La imaginación de Fallarás es infinita.

Que se deje Fallarás de libros y que vaya a la comisaría más cercana. Que entregue las denuncias anónimas y la policía, seguro, encontrará la forma de investigarlas, ayudar y proteger a las denunciantes, y detener a los agresores. Pero no lo hace. Porque Cristina Fallarás sigue haciendo caja, aquí y allí, con su feminismo basado en el odio al hombre. La recaudación del libro terminará en alguna asociación de género… de las que luego la contrata para dar charlas.

Su feminismo histérico y psicopático es la nueva Inquisición. Han creado un ambiente social y una legislación que convierte al hombre en culpable per se. Personas como Cristina Fallarás viven de este negocio que nada tiene que ver (porque no les importan nada) con las mujeres asesinadas, acosadas o maltratadas.

Su nazifeminismo es la vía por la que dan escape a sus odios, traumas y frustraciones. El paso de Irene Montero, Pam y compañía por el ministerio de Igualdad debería estudiarlo un psiquiatra. La izquierda fracasó en la lucha de clases y ahora nos presenta la lucha de sexos para seguir teniendo algo con lo que enfrentarnos.

Izquierda hipócrita. ¿Qué feminismo puede eshperarse de Yolanda Díaz que ocultó en 2009 que un asesor suyo en el parlamento de Galicia fue acusado de pederastia y pornografía infantil?. Ramiro Santaelices fue denunciado por dos militantes de Izquierda Unida, en la que estaba Yolanda Díaz. ¿Saben lo que hizo ella? Purgar a los dos militantes de Izquierda Unida. 8 años después la policía entró en el Parlamento de Galicia y detuvo a Santaelices. ¿Saben por qué lo ocultó Yolanda Díaz? Porque usaba al asesor, pagado con dinero público, como niñera de su hija y no quería que se supiera. ¿Les suena a Irene Montero lo del asesor-niñera pagado con dinero público?

Izquierda farisea. ¿Por qué el «hermana yo si te creo» no valió para aquella niña a la que violó el ex marido de Mónica Oltra en un centro de acogida de la Generalitat Valenciana mientras Oltra era vicepresidenta? ¿Por qué no valió para las menores prostituidas en centros oficiales de Baleares mientras gobernaban Armengol, el PSOE y Podemos?

Por cierto. ¿Por qué no está detenido ya Íñigo Errejón? ¿Cuántos hombres han terminado en el calabozo simplemente por haber sido denunciados por sus parejas o exparejas? ¿Por qué esta Inquisición que ellos mismos han creado contra el hombre no afecta a Errejón y no le vemos esposado entrando en un coche policial como vimos, por ejemplo, por otras razones, a Rodrigo Rato?

Sánchez y Marlaska quieren evitar a toda costa esa foto, que se uniría a la de Sánchez con Aldama, a la de Ábalos y Jéssica 20 minutos, a la de Begoña Gómez con Barrabés, a la de Koldo con todos, a la de Delcy Rodríguez en Barajas, a la del Tito Berni con prostitutas o a la de los ERE de Andalucía, la cocaína y los prostíbulos con el dinero de los parados.

La foto de Errejón detenido nos la merecemos. Sería la expresión final de un gobierno de corruptos, maltratadores y puteros.