Opinión

¿El trabajo de conseguidora de ayudas públicas incluía reuniones secretas con el presidente del Gobierno?

Las reuniones del socio de Begoña Gómez con Pedro Sánchez tuvieron lugar en el despacho presidencial -en el espacio más oficial de Moncloa, para entendernos, y no en la parte privada- y de las mismas no tuvo constancia el gabinete del presidente del Gobierno, lo que significa que la mujer del jefe del Ejecutivo acordó directamente con su esposo los encuentros. De manera que las reuniones tuvieron un carácter ‘clandestino’ y se apartan del argumento defendido por el PSOE de que el presidente del Gobierno, en virtud de su cargo, se reúne con un gran número de empresarios. En efecto, pero esos encuentros están, en su inmensa mayoría, agendados. Las reuniones con Barrabés, sin embargo, fueron organizadas directamente por Begoña Gómez, al margen del órgano encargado en Presidencia del Gobierno. Una sutil, pero importante diferencia.

Si Barrabés no aportó fechas y en el gabinete del presidente no se tiene constancia de los encuentros nos encontramos ante una situación insólita, pues cabe suponer que las investigaciones del juez se encaminen a determinar, a través de los datos del registro de entrada del complejo presidencial, qué días se produjeron dichos encuentros para establecer, si procede, algún tipo de vinculación entre los mismos y las numerosas adjudicaciones públicas recibidas por las empresas de Carlos Barrabés.

Lo que no tiene precedentes es que la mujer de un presidente del Gobierno que presume de ser conseguidora de ayudas públicas organice reuniones entre su socio y el jefe del Ejecutivo en el despacho oficial de éste de espaldas a los cauces oficiales. Y que, casualmente, el socio de Begoña Gómez sea agraciado con una nutrida batería de contratos públicos por importe de más de veinte millones de euros. Porque dadas las  circunstancias en que se se produjeron las reuniones de Carlos Barrabés y Pedro Sánchez en la Moncloa -marcadas por la más absoluta opacidad- es legítimo preguntarse si hubo una relación causa-efecto entre los encuentros y los millonarios contratos adjudicados al socio de la mujer del presidente del Gobierno.