Opinión

Sube & Baja, por Jaime Peñafiel: semana del 16 al 22 de junio

  • Jaime Peñafiel
  • Periodista político y del corazón. Experto en noticias sobre la aristocracia y la familia real. Ex redactor jefe de la revista ¡Hola! y fundador del diario El Independendiente y La Revista. Escribo sobre la Casa Real.

SUBE:  Sofía de Grecia

Reina emérita de España, por su reacción al visitar la Casa de la Moneda, el 23 de octubre de 1979. Aquel año se había emitido un billete de 10.000 pesetas. Con motivo de dicha visita, no pudo disimular la pasión que sentía por su hijo y se mostró visiblemente disgustada por el nuevo billete sin su Felipe: ¿Por qué le habéis quitado, con lo guapo que está?, inquirió. Todos los presentes se quedaron molestos por la impertinencia de la Reina.

SUBE: Juan Carlos de Borbón

Rey emérito de España. El día que nació Felipe no solo saltaba de alegría sino que abrazaba a todo el mundo que se encontraba por los pasillos. Y tuvo el detalle de regalar un ramo de flores a cada una de las madres que habían dado a luz aquel día. Y la reacción de Franco, al conocer la noticia, fue bastante machista, entonces y ahora.

SUBE: Alfonso Armada

El ya desaparecido secretario general de la Casa del Rey, que fue a quien Felipe debe el haber salvado el dedo mientras jugaba con una puerta y se le desprendió una falange, en ausencia de sus padres, y quien asumió el mando para detener la hemorragia y reponer el dedo que Felipe parecía condenado a perder. Ante tal riesgo, lo llevó al hospital de la Cruz Roja, cerca de la clínica de Loreto, donde había nacido. Fue un éxito y, aunque salvó el dedo, recibió de doña Sofía la mayor reprimenda por haber permitido que le anestesiaran. ¡Qué injusta fue, aunque tenía una explicación!

SUBE: Vicente Ródenas

El joven alicantino de 23 años entonces, a quien el nacimiento de Felipe le salvó la vida. Ese día le iban a fusilar ya que le habían condenado a la pena de muerte por un atraco que salió mal y acabó desgraciadamente con la vida de un ex guardia civil, Ramón García, dueño de un estanco en la zona del puerto de Valencia. Un tribunal militar lo juzgó sin la menor garantía y le condenó a muerte por robo con homicidio. Fijaron la fecha del 30 de enero para fusilarle. Pero nació Felipe y, con ello, Vicente volvió a nacer. Si el parto de Doña Sofía se hubiera retrasado sólo unas horas, a Vicente Ródenas le habrían ejecutado.