SOS Europa

Europa

Un grupo de asociaciones cívicas que convocamos los actos de Cibeles (21E y 18N), presentamos el día 8 de noviembre de 2023 ante la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo una denuncia contra Pedro Sánchez por su decisión de romper la equidad entre españoles aprobando una ley de amnistía para dotar de impunidad a sus delincuentes socios de Gobierno. Y sabíamos entonces que el riesgo para nuestras libertades no concluía con los hechos denunciados y perpetrados por Sánchez hasta esa fecha, pues, mientras ese hombre siguiera en el Gobierno, los españoles estaremos expuestos a los actos de un gobernante sin valores ni límites para colmar sus ansias de poder absoluto.

El tiempo nos ha permitido confirmar lo peor de nuestras expectativas; y cuando nos aprestamos a comparecer ante la Comisión el próximo día 23 de enero, son varios los nuevos ataques a las libertades y a la democracia que han perpetrado Pedro Sánchez y el PSOE en estos meses y que merecen ser denunciados como complemento a la denuncia ya registrada.

Es imposible ser exhaustivos en el detalle de tropelías que han cometido Sánchez y su rebaño del PSOE desde la referida fecha de noviembre, y las que se podrán añadir de aquí al 23 de enero, pues no existe contención alguna a las ansias de poder de Pedro Sánchez y es más que seguro que, mientras escribo estas líneas, en Moncloa estarán pergeñando algún nuevo plan para demoler el sistema democrático y romper los débiles vínculos de ciudadanía que aún se mantienen incólumes. Pero, a modo de ejemplo de la degradación, he de citar siquiera un par de ellas.

En primer lugar, la entrega del Ayuntamiento de Pamplona a los representantes de ETA, orgullosos sicarios de la banda que siguen rindiendo homenaje no sólo a su memoria sino a sus concretos criminales. Fue el día de los inocentes cuando los victimarios volvieron a humillar a las víctimas, eso sí, ahora en coalición de intereses con el PSOE, convertido en cómplice y fiel servidor de los objetivos más macabros de la banda ETA. Quienes instauraron víctimas para lograr el poder desde el que borrar el pluralismo político han encontrado en el PSOE -otrora partido que servía a ETA las víctimas- el mejor de los aliados para llevar a cabo su limpieza étnica, ahora desde las instituciones. Aunque no sé si es más desoladora la traición a lo mejor de la memoria del PSOE perpetrada por Pedro Sánchez o el silencio aborregado con el que sus aún afiliados han aplaudido la traición… Miserables todos ellos, en todo caso.

En segundo lugar, y para añadir más indignidad a la que adorna al socialismo español y a su secretario general, él y el rebaño de su propiedad marcado con el logo PSOE protagonizaron el humillante esperpento del primer pleno del año. Y allí, aparentemente arrastrado ante los representantes del prófugo de la Justicia que esperan ser indultados e incluso compensados económicamente por sus delitos, Sánchez volvió a demostrar su insaciable ambición de poder y sumó enteros de humillación a los españoles de bien, esa inmensa mayoría de ciudadanos que se preguntan cada día si se puede caer más bajo. El desarrollo de los acontecimientos –aparente chantaje por entregas– pudo transmitir la impresión de que los golpistas –los prófugos y los indultados– le torcían el brazo a Sánchez. Nada más lejos de la realidad; Sánchez comparte estrategia con los enemigos de España, aunque a veces difiera de los tiempos y de la táctica. La demolición del sistema democrático, la impunidad ante la ley, la liquidación de la separación de poderes, la destrucción de la Jefatura del Estado, el blanqueamiento de los enemigos de la democracia…, todos esos objetivos son comunes entre Sánchez y todos sus socios. Pedro Sánchez lo explicó meridianamente claro cuando dio cuenta públicamente de su decisión de tramitar con urgencia una ley para amnistiar a los delincuentes que habrían de darles su voto: la cuestión no estaba en sus planes «ahora», pero antes o después «lo habríamos hecho». Misma estrategia, distinta táctica que no tiene problema en variar para «hacer de la necesidad virtud».

Sánchez no modifica su estrategia, simplemente adapta su táctica a las necesidades del momento. Así es como ha entregado ahora el Ayuntamiento de Pamplona, porque ahora se lo han requerido, aunque siempre estuvo en sus planes desde que cerró la alianzas con Otegi para expulsar del Ayuntamiento la expresión del pluralismo político que garantiza la democracia. Después, cuando Otegi lo demande, llegará el País Vasco. La estrategia es común; la táctica se va a adaptando al servicio de los intereses de los miembros del contubernio.

Respondiendo a esa lógica es como Sánchez y su rebaño han entregado la política de inmigración a la expresión de la xenofobia más extrema que existe en España, enraizada en el partido del prófugo de la Justicia al que le debe la Presidencia del Gobierno de España. Ese acto no contraviene las convicciones de Pedro Sánchez –no tiene ninguna–, aunque se adelante un poco en el tiempo previsto, pues le hubiera gustado mantener algún cartucho más vivo para futuros pagos. Pero no debiera sorprender a nadie el hecho de que Pedro Sánchez y el PSOE les hayan dado a los xenófobos catalanes los instrumentos para establecer fronteras dentro de España; esa cesión es totalmente coherente con la trayectoria de quien ha cerrado acuerdos de gobierno con los vascos que mataban ciudadanos por ser españoles y no renunciar a serlo. No veamos el hecho como una imposición de los xenófobos catalanes a los socialistas españoles, sino como la confirmación de que el rebaño PSOE ha asumido el discurso de quienes desde Cataluña y desde Euskadi dieron un golpe o asesinaron para imponer su discurso totalitario y racista en toda España.

Pues así, con el zurrón cargado de atropellos a las libertades y de humillaciones a los millones de españoles que no estamos dispuestos a renunciar a nuestra ciudadanía, es como llegaremos a Bruselas dentro de unos días. Compareceremos ante la Comisión del Parlamento y hablaremos con diputados, periodistas, miembros de la Comisión Europea… Y a todos ellos les transmitiremos un mismo mensaje: lo que nos está haciendo Pedro Sánchez a los españoles es una afrenta, un ataque insoportable a nuestras libertades concretas. Pero es a la vez un problema para todos los europeos. Porque cuando la democracia se pone en riesgo en un Estado miembro, se pone en riesgo en toda la Unión. Por eso no vamos a Bruselas a pedir solidaridad, sino a exigir acción común. De todos nosotros, españoles y europeos, depende que lo consigamos antes de que el precio a pagar sea aún mayor.

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