Opinión

Los socios de Sánchez utilizan el Congreso para exaltar la narcodictadura venezolana

El plantel no tiene desperdicio: el secretario primero de la Mesa del Congreso y diputado de Podemos, Gerardo Pisarello; el secretario general del Partido Comunista, Enrique Santiago, y su compañero Antón Gómez Reino; el portavoz adjunto de los proetarras de Bildu, Oskar Matute; el eurodiputado de Izquierda Unitaria, Manuel Pineda, y los parlamentarios de ERC Joan Josep Nuet, Marta Rosique y María Carvalho. ¿Qué une a todos ellos, además de ser de extrema izquierda? Pues es muy sencillo: todos son socios de Pedro Sánchez.  Pues bien: los citados se reunieron de forma privada en la Sala Sert del la Cámara Baja (conocida como la «Sala Roja» -la verdad es que el nombre,  dadas las circunstancias, le viene al pelo-) con el nuevo embajador de Venezuela en España, Mauricio Rodríguez, y la nueva cónsul, Yaifred Ron, representantes de la dictadura bolivariana de Nicolás Maduro.  El encuentro se produjo al margen de la Comisión de Exteriores del Congreso, por lo que no era una reunión oficial.

En vísperas de la celebración de las «elecciones legislativas» en Venezuela, unos comicios sin garantías democráticas, la reunión supone un espaldarazo de los socios de Sánchez al régimen tiránico de Maduro, cuyos más fervorosos seguidores en España son, precisamente, los partidos que mantienen al presidente del Gobierno en La Moncloa. Es decir, la continuidad de Sánchez depende de los partidos que avalan la narcodictadura de Venezuela.

Cabe concluir que quienes sustentan a Pedro Sánchez no son, precisamente, los adalides de la libertad y el respeto a los derechos humanos. Más bien todo lo contrario. Que un país como España tenga un Gobierno que se mantiene gracias al apoyo de formaciones amigas de una narcodictadura como la de Venezuela es para echarse a temblar. Y que utilicen el Congreso de los Diputados para charlar «cordialmente» con representantes de la dictadura es sintomático del grado de degradación moral que encarnan quienes han convertido a Pedro Sánchez en una marioneta cuyos hilos mueven con manifiesta obscenidad.