Opinión

¿Y si nos derogan el dinero del rescate?

Pedro Sánchez, ese hombre capaz de decir una cosa y la contraria sin inmutarse, ha vuelto a la casilla de partida en la reforma laboral: toca «derogación» en los términos «que establece el acuerdo de coalición y el Plan de Recuperación enviado a la Comisión Europea (CE)». El acuerdo de coalición establece la devolución de todo el poder a los sindicatos, lo que elimina toda la flexibilidad laboral de las empresas. Políticamente, PSOE y Podemos escenifican el consenso, ¿pero habrá derogación?

Eso no está nada claro. Pedro Sánchez es un tahúr que se cree que con juegos semánticos puede engañar a la UE. Si derogación significa acabar de plano con la reforma laboral, el presidente del Gobierno va a tener que desplegar todas sus dotes teatrales para convencer a naciones como Holanda, Austria, Suecia, Finlandia y Eslovenia que su plan  no va a acabar con la flexibilidad laboral de las empresas. Y es que estas naciones tienen al Ejecutivo socialcomunista en su punto de mira. Son los mismos que ya han cuestionado el descontrol del déficit de Sánchez y la fiesta del gasto público español. Ojo, porque si alguno de ellos paraliza la concesión de dinero en el Consejo, España se puede quedar sin recibir el resto del rescate de los famosos 140.000 millones de euros. Y es que la nota de La Moncloa en que anuncia que el «Gobierno está comprometido con la derogación de la reforma laboral de 2012 en los términos que establece el acuerdo de coalición» tiene mala venta en la UE. Pésima, porque el acuerdo de Gobierno entre el PSOE y Podemos se parece como un huevo a una castaña al Plan de Recuperación enviado a la Comisión Europea (CE). Y contentar a Podemos y a la UE al mismo tiempo es un ejercicio imposible.

Sánchez ha logrado convencer a Podemos consensuando la palabra «derogación», término que a nuestros socios comunitarios no les gusta un pelo. Porque si, efectivamente, el Gobierno lamina la reforma laboral del PP y margina a los empresarios, lo que puede terminar derogándose es la ayuda de la UE a España. Eso, en un momento en que el aumento descontrolado del gasto público ha llevado a España a un duro callejón en el que el déficit se ha desbocado hasta los 123.000 millones de euros en 2020 y superará los 100.000 millones con casi total seguridad en 2021. Sánchez está acostumbrado a mentir a todo el mundo, pero está por ver que pueda mentir a todo el mundo todo el tiempo.