Opinión

Sectarismo de altos vuelos

Puede entenderse que al Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez no le guste OKDIARIO -aunque nos consta que nos leen-, de la misma forma que a OKDIARIO no le gusta el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez. En ese sentido, no hay problema, pero sí que un Ejecutivo que presume de democrático se dedique de forma sistemática a discriminar  a este periódico, se supone que porque le molesta lo que publicamos. Esto, en todo caso, no va de gustos, sino de respetar escrupulosamente el derecho que tiene este medio de comunicación a informar en igualdad de condiciones con otros. OKDIARIO es el único medio al que se le ha negado que un redactor convenientemente acreditado se suba al avión -un Airbus con capacidad de sobra-en el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajará a los Balcanes para su visita a serbia, Bosnia, Macedonia, Montenegro y Albania. Ningún argumento, ninguna explicación y sólo un «tú al avión no subes».

La discriminación a OKDIARIO de la que hace gala el Gobierno es un supremo ejercicio de sectarismo que este medio denuncia abiertamente. Y no porque tengamos una especial querencia por viajar en el avión presidencial, sino porque tenemos una querencia especial por informar en las mismas condiciones que el resto de medios a los que sí se les ha permitido viajar con Pedro Sánchez. Porque lo que está haciendo la secretaría de Estado de Comunicación, con su titular, Francesc Vallés, al frente, es sencillamente inaceptable. Que no les guste OKDIARIO es razonable -para nosotros es un motivo de orgullo-, pero que se nos impida cumplir con nuestro derecho a informar es mucho más grave. Se les nota mucho con qué criterios se mueven: no son profesionales, sino meramente ideológicos. Que Sánchez no nos tenga entre sus elegidos nos honra, pero que no nos deje subir a su avión nos parece una afrenta intolerable. OKDIARIO se defenderá de la sistemática discriminación de la que es objeto y espera que las distintas asociaciones de periodistas expresen su rechazo sin matices a este incomprensible ataque a la libertad de información.