Opinión

Sánchez nos deja tiritando: España, campeón de Europa en pobreza energética

¿Se acuerdan ustedes cuando, durante el Gobierno de Mariano Rajoy, la izquierda y sus terminales mediáticas estaban a todas horas con la «pobreza energética»? -la imposibilidad de calentar en condiciones los hogares por falta de recursos económicos-. Pues bien: durante el Gobierno de Pedro Sánchez la pobreza energética se ha incrementado hasta cifras jamás vistas: el número de personas que tienen dificultades para calentar su casa alcanza ya los 10 millones, con un crecimiento del 187%.  Esto significa que nuestro país se ha convertido en el líder de este vergonzoso ránking a nivel europeo, superando a las naciones de los Balcanes e, incluso, a Turquía. En total, el 20,8% de los españoles son incapaces de dar calor a su hogar, según los últimos datos difundidos por Eurostat.

En 2019, primer año completo de Sánchez en el poder, el 7,5% de la población tenía problemas para calentar su casa, alrededor de 3,5 millones de personas si se tiene en cuenta la población de aquel momento. Año a año, tanto el porcentaje como los números absolutos han ido aumentando, pues en 2020 los que padecían este problema eran ya 5,1 millones, el 10,9% de la población. En 2021, eran 6,7 millones, el 14,2% del total. En 2022, el porcentaje aumentó hasta el 17,1%, 8,1 millones de personas, y en 2023 el referido 20,8 % que nos sitúa a la cola de Europa.

Y eso que, según Pedro Sánchez, la economía española «va como un cohete». Para que se hagan una idea: cuando Sánchez llegó al poder España estaba justo por encima de la media europea, que era del 6,9%. Tan sólo les separaban 8 décimas. Ahora, el porcentaje de españoles que pasa frío en su hogar es el doble que en la Unión Europea. Lo que viene a poner de manifiesto, dos cosas: la primera, que son unos hipócritas. Y la segunda, que son unos vendemotos, lo que significa que son unos mentirosos patológicos. Por cierto, en las terminales mediáticas de la izquierda -las que durante el Gobierno de Rajoy decían que se obligaba a la gente a elegir entre morir de hambre o de frío- ya no se habla de la «pobreza energética».