Opinión

Sánchez, atrapado en la pinza anti israelí de Díaz y Belarra

El ataque terrorista de Hamás contra Israel y la respuesta del Gobierno de Tel Aviv ha provocado una imprevista crisis en el Ejecutivo en funciones de Pedro Sánchez, obligado a tragar -por la cuenta que le tiene- con las declaraciones de la ministra Ione Belarra en las que acusó a Israel, con palabras gruesas e indecentes, de ser el culpable de la situación.

La extrema izquierda del Gobierno ha justificado el ataque terrorista en unos términos que han llevado a la Embajada israelí en España a arremeter contra los ministros podemitas, colocando a Pedro Sánchez en una situación embarazosa, por mucho que en las últimas horas el presidente haya tratado de distanciarse de sus socios de Ejecutivo.

Lo cierto es que el presidente en funciones está atado de pies y manos, porque lo que menos le interesa en este momento es enfadar a Sumar y Podemos, que son claves para su reelección como presidente. Y separamos a Sumar de Podemos, porque entre Yolanda Díaz y los morados también se las tienen tiesas. ¿Imaginan qué ocurriría si los de Belarra abandonaran ahora el Gobierno y plantaran a Yolanda Díaz? Sus cinco escaños son pocos, pero valen, tal como están las cosas, un tesoro. Lo cierto es que el conflicto en Oriente Próximo ha cogido a Pedro Sánchez con el pie cambiado, hasta el punto de que Sumar y Podemos han exigido codirigir la política exterior en un nuevo Ejecutivo. Ya no se conforman con ser convidados de piedra, como ocurrió con el Sáhara o la guerra de Ucrania, sino que ahora quieren mando en plaza. Y cada uno por su propio interés.

La imagen que España está dando en en el mundo occidental es de vergüenza ajena, con parte del Gobierno alineado con las dictaduras contrarias a Israel. Un puro esperpento que amenaza con ir a más. Sumar y Podemos compiten por quién va más lejos en sus ataques al Ejecutivo de Tel Aviv y Sánchez trata de apagar el incendio, pero no le llega la manguera. Por cierto, Biden llega hoy a Israel. Permanezcan atentos, porque este Gobierno no deja de sorprendernos.