Los Reyes comparten esperanza e inquietudes a pie de calle con los ciudadanos de toda España

Los Reyes comparten esperanza e inquietudes a pie de calle con los ciudadanos de toda España

Los Reyes retoman de forma activa su agenda de actos oficiales, con el inicio de una gira por toda España que se ha iniciado en el archipiélago canario y el balear, en cumplimiento de su labor autoimpuesta de llevar un mensaje de ánimo a los ciudadanos de todo el país. Mientras tanto, siguen circulando en paralelo algunas informaciones que intentan involucrar al actual monarca en hechos presentados como dudosos realizados por su padre, el Rey Juan Carlos.

No hay duda de que Don Felipe y Doña Letizia se han propuesto mostrar, en unos momentos tan aciagos como los que estamos viviendo, una cercanía con la población de las diecisiete comunidades autónomas que trata de recuperar la cotidianidad de su vida anterior a la pandemia causada por la Covid-19. Tarea ardua, sin duda, en la que se pueden encontrar fácilmente con dos caras de la misma moneda: por una parte, el aplauso agradecido de los españoles que valoran su preocupación e interés en compartir con ellos momentos de tanta incertidumbre. Se trata de acompañarles en el gran esfuerzo que hay que realizar para salir adelante económicamente y hacerlo compatible con las limitaciones imprescindibles para evitar el rebrote de la enfermedad. Pero, por otra parte, los Reyes saben que también pueden encontrarse con personas que les hagan reproches y aprovechen su presencia para expresarles su rechazo personal y su posición contraria a la monarquía.

Sus salidas del Palacio de la Zarzuela también quiere ser la viva demostración de que hay que dejar atrás, al cerrar las puertas del hogar que les ha mantenido protegidos durante los días más peligrosos de la expansión del coronavirus, el miedo que todos sentimos al salir a la calle y saber que nos estamos exponiendo al riesgo del contagio. Por eso, es muy importante dejar claro que sí, que se puede y se debe salir al exterior, pero siempre adoptando las medidas de precaución que dictan los expertos para eludir la enfermedad. De ahí que los Reyes llevaran puestas las mascarillas en sus paseos por las zonas turísticas de Gran Canaria y Tenerife y sólo se las quitaran cuando estaba garantizada la distancia de seguridad de dos metros que marcan las normas.

En cuanto a la difusión de ciertas informaciones claramente malintencionadas, como las dudas puestas en circulación sobre el pago del viaje que hicieron los Reyes con motivo de su luna de miel, efectuada en 2004 –hace la friolera de 16 años- parece que se trata claramente de un intento más de sembrar sombras de sospecha sobre la institución de la monarquía y acusarla de actuar de forma inadecuada. La procedencia de este tipo de historias persigue únicamente desgastar y desprestigiar al actual Jefe del Estado. Una vez que se ha conseguido que el Tribunal Supremo tenga ya una investigación abierta al Rey Juan Carlos, ahora se intenta ir un paso más adelante y pasar ya a minar el buen nombre de Felipe VI. Los que manejan los hilos son insaciables: quieren ni más ni menos pasar a la Historia, con mayúsculas, por haber sido capaces de derrocar un sistema de Estado que ha dado la mayor etapa de estabilidad política y social a los ciudadanos de España.

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