El Rey no se somete al Gobierno y reclama lealtad constitucional y respeto a las leyes

El Rey no se somete al Gobierno y reclama lealtad constitucional y respeto a las leyes
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El Rey reitera su compromiso con los principios morales y éticos que expresó en su proclamación ante las Cortes Generales en 2014 y que “obligan a todos sin excepciones y están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares”. De esta forma, Felipe VI se refirió a la situación derivada de los casos que afectan a su padre, el Rey emérito, en su tradicional mensaje navideño. Frente a los intentos del Gobierno de que el jefe del Estado hiciera una mención a la futura Ley de la Corona, norma con la que el Ejecutivo socialcomunista quiere impulsar la modificación de la actual regulación de la Monarquía, Felipe VI, como anticipó OKDIARIO, no se plegó a los designios del Gobierno, dejando claro de este modo que no está dispuesto a aceptar intromisión alguna en su ámbito de competencias.

En un discurso marcado por la trágica situación sanitaria y económica derivada de la pandemia de coronavirus, el Rey no eludió su responsabilidad y su voluntad de mantener alto el listón de las exigencias que obligan a la jefatura del Estado, pero quiso marcar distancias con las pretensiones del Gobierno, reivindicando así su derecho a no dejarse tutelar. Y lo hizo, además, subrayando el valor de defensa de las libertades que tiene “nuestra Constitución”. Toda una advertencia a quienes pretenden subvertir el régimen del 78. “Una Constitución -dijo Felipe VI- que todos tenemos el deber de respetar, y que en nuestros días es el fundamento de nuestra convivencia social y política, y que representa, en nuestra historia, un éxito de y para la democracia y la libertad”. A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Parece obvio que el mensaje del Rey no dejará satisfechos a quienes pretendían aprovechar la compleja situación de la Monarquía para avanzar en su siniestro plan de demolición institucional. Consciente de la situación, Felipe VI ha pronunciado un discurso en el que, al tiempo que asume su responsabilidad, demanda lealtad constitucional a quienes le han situado como principal objetivo a batir. Sutil, pero claramente, el Rey les coloca también a ellos delante de su responsabilidad y les recuerda que tienen la obligación constitucional de respetar el Estado de Derecho. Querían que el Rey entrara por el aro y Felipe VI les ha situado delante de su espejo. “Hay que preservar los valores éticos que están en las raíces de nuestra sociedad”, pero también hay que respetar “nuestros principios democráticos y el cumplimiento de las leyes”.

En definitiva, el Rey -es lo más relevante- no se ha dejado avasallar por las presiones del Gobierno y ha querido dejar claro que, como jefe del Estado, tiene claro cuáles son sus competencias y funciones. Desde luego, mucho más claro que un presidente del Gobierno que ha querido torpemente someterle.

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