La rebaja del IVA y el truco del almendruco en plena campaña electoral

La rebaja del IVA en algunos alimentos adoptada, arrastrando los pies, eso sí, por el Gobierno de Pedro Sánchez, tiene truco: según se recoge en el BOE, esta medida -que entra en vigor el próximo 1 de enero- dejará de aplicarse cuando la inflación subyacente baje del 5,5%, algo que el Banco de España prevé que suceda el próximo mes de marzo, por lo que esta reducción del IVA solo estaría, en teoría, vigente hasta mayo, coincidiendo con la campaña electoral de autonómicas y municipales. «Con efectos desde el 1 de enero de 2023 y vigencia hasta el 30 de junio de 2023: Se aplicará el tipo del 5% del Impuesto sobre el Valor Añadido a las entregas, importaciones y adquisiciones intracomunitarias de los siguientes productos: los aceites de oliva y de semillas y las pastas alimenticias. El tipo del recargo de equivalencia aplicable a estas operaciones será del 0,625 por ciento. No obstante, el tipo impositivo aplicable será el 10 por ciento a partir del día 1 del mes de mayo de 2023, en el caso de que la tasa interanual de la inflación subyacente del mes de marzo, publicada en abril, sea inferior al 5,5%». Esa es la literalidad de la norma, pero tiene truco. En teoría, podría tener fecha de caducidad a primeros de mayo, pero Sánchez tiene claro que una baza electoral potente para sus aspiraciones sería prolongar la rebaja del IVA aunque la inflación subyacente bajara del 5,5%.

¿Alguien piensa, conociendo cómo se las gasta Pedro Sánchez, que el presidente dejará de aprovechar la oportunidad de salir ante la opinión pública a vender la prórroga de la rebaja del IVA en plena campaña electoral? Sánchez se guarda un as en la manga: la prórroga de la rebaja del IVA como reclamo electoral en las decisivas elecciones autonómicas y municipales del próximo mayo. Eso y el «chequefake», que podrá solicitarse hasta el 31 de marzo. El Gobierno resolverá si se tienen derecho a los 200 euros justo en vísperas de la campaña electoral. Lo dicho: esta gente no da puntadas sin hilo y les mueve lo que les mueve. O sea, el BOE como arma electoral