Opinión

Que la ley sea igual para todos: del Rey Juan Carlos a Juan Carlos Monedero

Resulta evidente que Podemos está utilizando la polémica regularización fiscal del Rey emérito para socavar la imagen de la Monarquía y dar un paso más en su estrategia de ruptura del régimen del 78. El plan de Pablo Iglesias pretende mezclar los casos que afectan a  Juan Carlos con la figura del actual jefe del Estado, una burda maniobra para dañar a la Corona. Podemos pretende que la futura ley de la Corona fuerce la retirada del rango de Rey emérito a Juan Carlos, lo que es considerado, por el partido morado, como la asunción oficial, haya o no haya condena judicial, de que la institución monárquica va ligada al fraude.

OKDIARIO se ha manifestado en contra de que Juan Carlos, por la inacción de la Agencia Tributaria, haya recibido un trato de favor que le ha permitido saldar cuentas con Hacienda en condiciones mucho más ventajosas que al resto de contribuyentes. Eso es lo importante: las batallitas de Pablo Iglesias a cuenta del título de Rey honorífico sólo buscan desgastar a la Corona y cobrarse la pieza que más anhelan: y no es Juan Carlos -no nos engañemos-, sino el jefe del Estado.

Podemos ha iniciado una campaña de presiones de la que, por el momento, Moncloa, no quiere formar parte: la de lanzar el mensaje de que Zarzuela debe dar paso a la solicitud de retirada del rango de Rey emérito a Juan Carlos.  Las presiones de Podemos se dirigen no sólo al ámbito político y del propio Gobierno, sino también de la opinión pública, donde buscan provocar un debate que lleve a la Casa Real a mostrar un punto de debilidad y de asunción como propio del comportamiento de Juan Carlos.

Todo lo que está haciendo Pablo Iglesias es apuntar directamente a Felipe VI sirviéndose de la munición derivada de los casos que envuelven la figura del Rey emérito. El último, la polémica regularización fiscal. Por cierto, lo que ha hecho Juan Carlos se parece como una gota de agua a lo que hizo otro Juan Carlos de apellido Monedero. Con la diferencia de que quien manda ahora en Hacienda -que ha mirado para otro lado- no es Montoro, sino Montero.