El periodismo español del Granma

El periodismo español del Granma

La estrategia y líneas de acción desde Moncloa fueron muy claras esta semana: “Usar el asunto del PIN parental aprobado en Murcia, a petición de Vox, para matar cualquier atisbo de escándalo por la consumación del pacto de Bildu con el PSOE en Navarra, el obsceno nombramiento de Dolores Delgado como Fiscal General del Estado, la visita de la vicepresidenta de Maduro en Moncloa, y la reforma retroactiva del código penal para sacar de la cárcel a los golpistas catalanes por la puerta grande de la Maestranza con el rabo cortado y las dos orejas”. Que me disculpen los amantes del noble oficio taurino haberles metido a un sobrero criminal en el ruedo durante un segundo.

A Sánchez le ha vencido el primer pago a los etarras que le hicieron presidente del Gobierno de España, el enésimo con Junqueras, y otra cuota más del impuesto revolucionario que ésta semana ha venido a recaudarle, además de a Zapatero, Iglesias y Garzón, la vicepresidenta de Maduro, Delcy Rodríguez, en representación del régimen delincuente, narcotraficante y asesino de Maduro.

A juzgar por las prometedoras perspectivas de libertad de Junqueras, y ante todas las informaciones incriminatorias de muchos altos cargos del Gobierno de España reveladas por la Justicia boliviana y por el presidente interino Guaidó, Sánchez parece mucho más reo que los golpistas, y, si existiera la Justicia en España después de comprarse el presidente del Gobierno la Fiscalía, la Abogacía del Estado, y la decepcionante sentencia del 1-O, algunos de sus socios ministeriales deberían tener muchas más probabilidades que el líder de ERC de mear en un orinal carcelario en los próximos años.

Pero no es así, y todas las narcodictaduras hispanoamericanas, además del entramado burocrático de la ETA, tiene cogido a este Gobierno por las pelotas. Nadie debería estar pensando en términos garantistas de un Estado democrático articulado y regularizado por unas instituciones corrompidas hasta la médula por el Sanchismo en un tiempo record. Estamos en otra fase inédita e ignota en la que este régimen abiertamente fascista no nos habría podido instalar sin la necesaria ayuda de unos medios de comunicación encargados de entretener a una preocupante parte de la población infantilizada con dramas climáticos, masculinidades tóxicas, y todas las teorías acientíficas existentes.

Demasiados periodistas hoy, previo pago monetario o de prebenda, se te sienta en un debate a hacer pedagogía de la impunidad. Te piden “desjudicializar la política” para indultar a delincuentes condenados, pero declaran la “emergencia climática por justicia” porque acaba de caer una nevada de cojones en Morella, donde vive una octogenaria con calzas de lana y bufanda de cuadros que recibe al periodista para decirle que cuando ella era moza “caían mucho más gordas”. Eso sí, entonces se hacían unas gachas, no ponían nombres de actriz porno a los temporales, ni soñaban con que las nevadas y los altos oleajes darían ministerios a gilipollas que se 100.000 llevan anuales para judicializar la laca, tu chaqueta de conejo, tu coche diésel de currito, la hamburguesa y tu facha tubo de desodorante.

Los periodistas siguen callando que Sánchez ha recibido en la semiclandestinidad a Delcy Rodríguez, proscrita por la Unión Europea y vetada en terreno comunitario por su papel en la vulneración de la democracia, el Estado de Derecho y la ejecución de miles de venezolanos bajo su mandato.

Sánchez no ha engañado a los periodistas. Todos esos han conocido y legitimado el pacto del PSOE con los proetarras en decenas de ayuntamientos, la entrega de la mancomunidad de la comarca de Pamplona a los de Otegi, los presupuestos de Navarra, la ley de abusos policiales que criminaliza al cuerpo nacional de Policía masacrado por la ETA en los últimos 40 años y, ahora, la votación en contra por parte del PSOE en la investigación aprobada por el Parlamento Europeo para esclarecer e investigar los 379 crímenes por resolver y juzgar de la banda más sanguinaria de Europa.

Son los mismos que te repiten que el acogimiento masivo de menores desde el norte de África es una cuestión humanitaria mientras callan, y no sólo callan, sino que sacan de las escaletas, a los 16 niños abusados y prostituidos y sodomizados en los centros tutelados por los nacional socialistas de la Comunidad Valenciana y Mallorca.

Son parte de un periodismo únicamente operante para acudir en socorro de la barbarie comunista, para aguantar que el presidente del Gobierno les mee en la cara, y para relegar la información para adoctrinar como pauta el Granma de Iglesias y Sánchez.

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