Opinión

Pedro, ¿también era «anecdótica» tu relación con el depravado Salazar?

El PSOE, el partido que presumía de ser la encarnación misma del feminismo, ha quedado retratado en su inmensa hipocresía: miró para otro lado cuando una concejala socialista denunció en Ferraz por acoso sexual al secretario general de su partido en Torremolinos, un tipo que atiende al nombre de Antonio Navarro y que se manifestaba, en el colmo de la hipocresía, vestido de rosa para solidarizarse con las mujeres, y miró para otro lado cuando varias mujeres denunciaron por acoso sexual a Francisco Salazar, ex alto cargo de Moncloa y mano derecha de Pedro Sánchez, que conociendo lo que estaba pasando le intentó contratar hace poco como asesor externo.

Y es que el partido que se erigió en defensor en exclusiva de las mujeres tiene un problema evidente: algunos de sus más altos dirigentes han tenido un comportamiento absolutamente indecente en su relación con las mujeres, al margen, obviamente, del Código Penal, porque el comportamiento del tal Navarro como el de Salazar, al que el PSOE se niega a denunciar ante la Fiscalía, no es que fuera indecente, sino que puede ser constitutivo de delito.

Si le añadimos el caso Tito Berni y los episodios de prostitución protagonizados por quienes hoy duermen en la prisión de Soto de Real, el dibujo que sale es meridiano: el socialismo español, adalid del feminismo, se ha convertido en una amenaza para la mujer. Porque no es normal el comportamiento obsceno -como poco- de quienes asumieron cargos de responsabilidad en el Gobierno y el partido  y no es normal que el PSOE, conocedor de la situación, se convirtiera en cómplice -por su silencio- de las actitudes de algunos de sus más relevantes dirigentes. Cómplices y encubridores.

La situación ha llegado a un punto en que el partido ha implosionado ante las denuncias de numerosas mujeres socialistas hartas de la condescendencia y pusilanimidad de su formación. Por cierto, ¿no tiene que decir nada Pedro Sánchez por intentar contratar a Salazar como asesor externo cuando ya conocía lo ocurrido? ¿O dirá que su relación con Salazar era también anecdótica?