Opinión

En un país normal una explotadora como Irene Montero estaría fuera de la política

No parece, a tenor de la denuncia presentada por una ex escolta de Podemos contra Irene Montero, que la portavoz del partido morado en el Congreso de los Diputados se aplique el consejo que escribió en Twitter  con motivo del Día de la Mujer: defender los derechos de las mujeres es defender los derechos humanos, la democracia y la igualdad en toda la sociedad. Queremos la igualdad sí, pero la queremos por arriba, para que todas las personas tengamos una vida digna de ser vivida».

Como informa OKDIARIO, una ex empleada de Podemos fue despedida con 20 días de salario por año de servicio, en estricta aplicación de la reforma laboral del PP -la misma que ahora Podemos pretende derogar por considerar que es contraria a los derechos de los trabajadores-, tras quejarse por el «trato discriminatorio» recibido por la dirigente podemita, que la obligó de «manera recurrente» y fuera de su horario a hacer de recadera para ella y sus hijos, llevar y traer amigos y familiares en coche hasta el chalé de Galapagar o encargarse del mantenimiento de la vivienda y la mecánica de los vehículos particulares de la pareja.

Según  la denunciante, Montero le encargaba tareas personales que no tenían nada que ver con su condición de escolta. A saber:comprar productos de parafarmacia  o alimentación, llevarle la cena desde varios establecimientos concretos de Madrid o, incluso, comprar comida para perros. En el colmo de la exigencia, Montero le obligaba a adelantar su jornada laboral para «calentar el habitáculo del coche».

La denunciante fue contratada como «escolta personal en exclusiva» de Pablo Iglesias, pero un año y medio después fue asignada al servicio de Irene Montero, cuyos encargos, lejos de respetar «los derechos básicos y condiciones mínimas que deben regir una relación laboral se producían no solo por encima de la jornada legal, horario y turno asignados en su contrato, sino a horas intempestivas».

A tenor de la extensa descripción de agravios sufridos por la demandante, cabe preguntarse si ese es el modo que la dirigente podemita tiene de defender los derechos de la mujer trabajadora. Ordenando a una mujer  contratada para las labores de escolta a madrugar para ir calentando su vehículo privado o mandándola a comprar la comida de los perros.

«Queremos igualdad, sí, pero la queremos por arriba», escribió Montero en Twitter. La duda está en saber qué entiende la portavoz de Podemos por «arriba». Seguramente, situarse ella por encima y hacer valer su posición de poder para humillar la dignidad de una mujer trabajadora.