Opinión

Pablo Iglesias amenaza con quemar la Constitución

Para celebrar el aniversario de nuestra Constitución, el ex líder de Podemos y ex vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, publicó ayer un artículo de opinión en el que amenaza con la que él denomina “tensión constituyente” que reclama reformas y lo ilustra con un ejemplar de la Constitución reconvertido en caja de cerillas a punto de ser prendidas. Esas reformas por las bravas con las que amenaza el podemita son por todos conocidas y quien mejor lo expresó fue la madre de sus hijos y sólo por eso ministra de Igualdad, Irene Montero cuando, en 2013 siendo aún becaria, tuiteaba aquello de “Felipe no serás Rey que vienen nuestros recortes y serán con guillotina” y “todos los Borbones a los tiburones”. Iglesias y Podemos maquillan de feminismo y ecologismo las demandas que según ellos reclama la ciudadanía, pero sus cargas de profundidad pretenden en realidad poner fin a la unidad de España terminando con nuestra monarquía parlamentaria.

Ione Belarra, la amiguita de la becaria y sólo por eso ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, justificaba la necesidad de reformas diciendo que “la Constitución debe actualizarse para tener, esta vez, madres y no sólo padres, para que la juventud pueda votarla y para incorporar la igualdad o la protección del medioambiente como ejes rectores”. Y en el mismo sentido Irene Montero afirmaba que “nuestra Constitución solo tiene padres” y que “nos merecemos una Constitución feminista”. Ocultando ambas que en las Cortes Constituyentes de 1977 había mujeres en todos los partidos y de todas las ideologías, como por ejemplo Dólores Ibarruri, la Pasionaria, que fue elegida diputada por Asturias en 1977. Pero cuando Montero y Belarra hablan de feminismo no están incluyendo en él a todas las mujeres, ni siquiera a todas las de izquierda, sino sólo a su grupo de amiguitas de facultad y a sus ‘grupies’ pijo neo comunistas.

Aquellas mujeres diputadas y senadoras olvidadas por Podemos, en 1978 contribuyeron a la redacción y aprobación del artículo 14 de nuestra Constitución que dice que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social” y no cabe mayor aspiración feminista que el de la igualdad consagrada en nuestra Carta Magna sin que ni las podemitas ni sus amiguitas tengan ningún mérito en ello. Pero feminismo y ecologismo son sólo las banderas utilizadas para distraer la atención de las reformas que de verdad desean implementar y que, como saben que de las urnas no van a obtener el respaldo necesario, ya van anticipando que deberán ser llevadas a cabo por la fuerza.

Y eso que hoy nos parece imposible ya lo han llevado a cabo en varios países de Hispanoamérica donde reformas como las que desea Podemos, que nos alejan de la democracia acercándonos a las tiranías comunistas, se han ido implementando paso a paso. Aquí en España todavía tenemos un sistema judicial bastante imperfecto y politizado, pero que aun así ha podido condenar a un Gobierno que repetidamente ha incumplido la Constitución, anulando sus actos ilegales, decretar el cese y la inhabilitación de sus socios catalanes e incluso la entrada en prisión de los líderes golpistas. Y también disponemos de unas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que, incluso dominadas por un ministro entregado a etarras y golpistas, son capaces de hacer cumplir la ley y mantener el orden y la seguridad pública. Así que, para poder quemar la Constitución, derrocar al Rey y deshacer España, Podemos sabe que tiene antes que controlar la justicia y cargarse a la policía. Y por ahí van sus propuestas. Cuando los podemitas piden una “justicia representativa y participativa” lo que quieren es tomar ellos las decisiones judiciales, y cuando reclaman «despolitizar» a la Policía abordando una «reforma de calado» de su legislación, pretenden convertirla en una policía chavista. Y si la extrema izquierda elige y controla a jueces y policías, ¿quién les impedirá quemar la Constitución, derrocar al Rey y desmembrar España?