Otegi, blanqueado por un fiscal

Otegi

Hubo una vez en este país un presidente del Gobierno, Zapatero, que cuando ETA mataba y ponía bombas bajo su mandato en la terminal T-4 del aeropuerto de Madrid, se refería al jefazo etarra Arnaldo Otegi, como «ese hombre de paz».

Se había iniciado un camino de no retorno a la hora de blanquear asesinos o cómplices de asesinos. Poco a poco, el secuestrador del diplomático y político de UCD, Javier Rupérez, va consiguiendo sus objetivos. Uno tras otro, de forma inexorable y vergonzosa.

Dentro de unos días puede constituirse –se constituirá a buen seguro– en epicentro institucional y de poder en la política vasca, iniciando otro camino sin posibilidad alguna de retorno. El candidato socialista y el propio Sánchez no paran de afirmar que «jamás pactaremos con Bildu»; lo hacen sin sonrojarse los tíos. Y eso que han entregado a los bilduetarras Pamplona, futura capital de esa entelequia llamada Euskadi, si es que consiguen algún día la independencia de España.

Hay más. Bildu es socio prioritario del gobierno Sánchez y éste los ha introducido en el corazón fáctico del Estado. Le está bien empleado al PNV, tan cobardes, tan taimados, tan conservadores fatuos, que puede que en los próximos cuatro años tenga que ver los toros desde la barrera y se acordará malamente de lo que hicieron con Mariano Rajoy.

Cuando era detenido por las Fuerzas de Seguridad del Estado, Otegi mentía acerca de sus fechorías terroristas y temblaba ante la Guardia Civil. Pero, en lo estrictamente político, dijo y dice la verdad: persigue con éxito que el País Vasco se convierta antes que tarde en un Estado confederado al resto de lo que llama «Estados ibéricos».

A Otegi todo el mundo informado le considera un terrorista. Y, ¿lo del fiscal afín a Pedro Sánchez, cerrando una investigación al susodicho con un informe clave de la Guardia Civil según el cual el amo de Bildu tuvo un papel fundamental en el asesinato del directivo de Michelín, Luis María Hergueta? Esto es un escándalo en toda la regla.

Miren esto reciente del ex (sic) terrorista: «Para que España resulte una España rota, antes tiene que ser una España roja». Hay gente que no termina de enterarse…

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