Opinión

No merece honores, merece el banquillo

Cristina Cifuentes habla con hechos, que es la mejor forma de expresarse en política. La presidenta de la Comunidad de Madrid prometió hacer tabula rasa con la corrupción y mantiene el pulso firme para asentar «un tiempo nuevo» tanto en la vida pública de la autonomía como en su propio partido. No habrá Medalla para Ignacio González. Ni de oro, ni de plata. Los presuntos corruptos sólo merecen el latón que lleva aparejado el descrédito público y una sentencia en firme en sede judicial. El mismo día que la Fiscalía Anticorrupción de Málaga ha solicitado más tiempo para investigar la «compleja» causa del dúplex de González, el portavoz del Ejecutivo presidido por Cifuentes ha dicho que ni siquiera se plantean entregar la insignia al expresidente regional. Un acierto. Sería grotesco distinguir a un hombre acusado de cohecho y blanqueo de capitales. Del mismo modo, ensombrecería la condecoración de personalidades como el músico Alejandro Sanz o el patinador Javier Fernández, entre otros. 

González será el único presidente de Madrid en democracia que no recibirá la Medalla de Oro de la Comunidad. Todo gracias a sus trapicheos inmobiliarios y por la gestión fraudulenta del Canal Isabel II. Para poder hacerse con la lujosa vivienda marbellí de 495 metros —y 1,3 millones de precio— habría pagado más de 700.000 euros con dinero de procedencia delictiva. En uno de los últimos capítulos del caso, OKDIARIO ya les contó que la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía (UDEF) cree que desembolsó 82.000 euros para simular el alquiler del inmueble. Evidencias que, de confirmarse, reforzarían más si cabe el hecho de que el sitio idóneo para el expresidente es el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Estepona, no una entrega de premios. Ignacio González también está en el punto de mira del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, quien investiga si utilizó la misma empresa de publicidad que Jaume Matas, Over Marketing, para financiar ilegalmente al PP madrileño. Desde que El Mundo publicara en marzo de 2012 las primeras informaciones sobre los tejemanejes de este dirigente, él sólo se ha puesto todas las medallas… de indignidad.