Opinión

No es el cambio climático, es Sánchez

  • Xavier Rius
  • Director de Rius TV en YouTube. Trabajó antes en La Vanguardia y en El Mundo. Director de e-notícies durante 23 años.

La comparecencia de Pedro Sánchez por los incendios el pasado domingo —la primera en siete días— ha confirmado mis peores presagios.

Su intervención duró apenas diecisiete minutos. Acortada por un golpe de calor que sufrió, al parecer, un periodista. No sé si de la SER o de La Sexta. A Sánchez le dio tiempo de contestar solo a una pregunta.

A mí me llamó la atención —además de la expresión de sus ojos, que ha dado pie a todo tipo de comentarios en las redes— que enfatizara lo de que «el Estado somos todos».

Era una manera de escurrir el bulto porque él, como presidente del Gobierno, encarna la primera autoridad ejecutiva del Estado.

Luego admitió que lo que estamos viviendo es una «crisis». En esto al menos coincidió con Alberto Núñez Feijóo, que dos días antes -el viernes del puente- ya habló de «crisis nacional». Debe ser la primera vez que el líder socialista le da la razón al del PP.

A continuación le echó la culpa al cambio climático. No seré yo quien lo niegue. Y menos a consecuencia de la actividad humana. Pero el clima siempre ha ido cambiando. Con las últimas glaciaciones, hace unos 12.000 años, todavía no había coches en las calles.

Tras las inundaciones de Valencia se fue a Bakú y, en aquella cumbre internacional, afirmó que «el cambio climático mata». Era una manera de eludir las responsabilidades de la AEMET, la Confederación Hidrográfica del Júcar o la entonces vicepresidenta Teresa Ribera, ahora refugiada en Bruselas.

Hubo una frase en la que me recordó incluso aquella de «si quieren ayuda, que la pidan». Ya puse de manifiesto en el artículo anterior que no dijo exactamente eso, sino que «si necesitan más recursos, que los pidan». Lo que viene a ser lo mismo.

Fue cuando manifestó que «vamos a dar todos los recursos que sean necesarios». Marlaska bajó justo en ese momento la mirada. Pensando seguramente en el marrón que le caía encima. No es hombre este de decisiones.

Además servirían para «perimetrar» y «extinguir» las llamas. ¡Una semana después todavía tienen que «perimetrar»! Incluso citó a los «efectivos del Ejército de Tierra que se vayan a desplegar en los distintos incendios del territorio». ¿Aún están desplegando militares?

Finalmente, cuando anunció que se van a poner en marcha los recursos para poder empezar las tareas de reconstrucción «como hemos hecho en otras partes», me vinieron a la cabeza los afectados por la erupción del volcán de La Palma que todavía viven en bungalows. O los valencianos que aún no disponen de ascensor, muchos de ellos gente mayor y con movilidad reducida.

Aunque he de confesar que lo que más me llamó la atención fue cuando insistió en que «no puede haber impunidad» con los pirómanos porque contradice sus propias afirmaciones sobre la «emergencia climática». La treintena de presuntos pirómanos detenidos hasta ahora desmiente las aseveraciones del presidente.

Y, por supuesto, lo del «pacto de Estado» me pareció una cortina de humo incluso antes de que lo dijera el PP. Es sabido que, cuando un político quiere pegar una patada hacia adelante a un problema, puede hacer varias cosas: crear una comisión de estudio o encargar un informe técnico, entre otras. Lo de un «pacto de estado» debe ser la tercera.

Pedro Sánchez, al fin y al cabo, es un verdadero especialista en la materia. Y en el uso del lenguaje. En cuanto empezaron las investigaciones judiciales sobre su mujer o sobre su hermano, todo eran «bulos» de la «fachosfera».

Incluso a los medios electrónicos que iban por delante de la prensa de papel —tan atada de pies y manos por la inversión publicitaria del Estado— los llamaban «pseudomedios» o «tabloides digitales» para desprestigiarlos.

Semejante neolengua de La Moncloa o sus adláteres políticos o mediáticos ha desaparecido ahora porque, al final, se comprobó que había indicios racionales de delito. Su mujer va por la quinta imputación.