Opinión

Ni es honrada ni lo parece

A menudo, el ser y el parecer son conceptos que luchan a muerte entre sí cuando se trata de enmascarar un hecho doloso. En Begoña Gómez, la pía esposa de Pedro Sánchez, sin embargo, la citada batalla ya se da por perdida porque, como ocurriera en la antigua Roma con la repudiada Pompeya Sila, la mujer del emperador Julio César, ni es honrada ni lo parece. En estos nueve meses de legislatura, el Gobierno socialista ha tenido tiempo para todo tipo de menesteres. No sólo para abusar del excepcional decreto ley hasta la extenuación para gobernar, sino también para enriquecer con contratos a dedo las cuentas de Inmark Europa. Una empresa en la que Gómez, tal y como muestra el Registro Mercantil y a pesar de la excedencia que se tomó en junio, es socia desde el año 2014.

El citado contrato posee un valor de casi 14.857 euros y se concedió, según la Plataforma de Contratación del Estado, el pasado enero para elaborar un estudio sobre ‘Tendencias del Consumidor Español’. Una cifra que, es cierto, no es demasiado elevada, pero que juega a la perfección con los límites fijados en la legislación. Esta adjudicación, al tratarse de un contrato de naturaleza menor, escapa de los procesos de control tradicionales de los concursos públicos, pues el Art. 118 de la Ley de Contratos del Sector Público determina que el importe máximo en los contratos de suministro o servicios está –curiosamente– en los 15.000 euros de cuantía máxima.

No obstante, no es la primera vez que el Gobierno concede un contrato a la sociedad de Gómez. Tal y como desveló OKDIARIO el pasado mes de octubre, Red.es, el organismo público liderado por Francisco de Paula Polo –hombre muy próximo a Sánchez– adjudicó un contrato a Inmark Europa por valor de 750.200 euros para la prestación de servicios de transformación digital. Dos contratos públicos que ponen en evidencia la escasa honorabilidad y honradez de la mujer del César de Ferraz. Recientemente y con gran determinación, José Luís Ábalos, afirmaba que el Ejecutivo gobernará «hasta el último momento”, cosa loable siempre y cuando no vaya en detrimento del interés de los españoles; sin embargo, lo que no dijo el ministro de Fomento es que, además, aprovecharían La Moncloa para elevar los ingresos de los familiares directos de Sánchez.