Opinión

Nada de Nadia

El presidente Sánchez, en su ciencia ficción, insiste en que su política económica es un ejemplo internacional, base de la fortaleza de la gestión de su Gobierno. Se agarra como a un clavo ardiendo a los datos macroeconómicos que si no se han desmoronado de manera clara se debe al intenso gasto público que los mantiene artificialmente, mientras endeuda a los españoles, que sí sufren en su día a día el empobrecimiento que intensifica la equivocada política económica del Gobierno, al tensar la inflación, vía gasto público, que impide la correcta transmisión de la política monetaria del BCE, motivo por el que habrá de alargarse e intensificarse más, que mermará la renta de los ciudadanos vía el pago de una mayor cuota hipotecaria.

Dentro de esa ciencia ficción de Sánchez, llegó a hacer un chiste fácil al presumir de política económica, diciendo que, «en materia económica, el PSOE tiene a Nadia y el PP no tiene a nadie». En un paso más en su apuesta suicida -pues querer hablar de la economía como eje de campaña, con los desequilibrios estructurales que deja su gestión, es como mentar la soga en casa del ahorcado, el presidente del Gobierno hizo que la vicepresidenta Calviño diese una rueda de prensa el lunes en Ferraz para contraponer su política económica a la del PP, en una escenificación desesperada ante las malas previsiones electorales que las encuestas le dan a los socialistas. ¿Qué dijo Nadia Calviño? Lo siguiente:

En definitiva, la vicepresidenta Calviño no dijo nada nuevo, no detalló ninguna propuesta, no aclaró nada, salvo la desesperación socialista por su posición en las encuestas. La política económica aplicada por los socialistas podría quedar definida por la letra de la conocida canción de Cecilia: «Nada de ti, nada de mí. Una brisa sin aire soy yo. Nada de nadie». Pues bien, el otro día, la vicepresidenta Calviño no dijo nada nuevo, nada técnico, absolutamente nada, instalada en frases populistas, cuando ella, por su formación, sabe que la situación no es buena, pues conocimientos sobrados tiene para ello. Siguiendo con los juegos de palabras de Sánchez, y con todo el respeto hacia la vicepresidenta Calviño, podríamos decir que no oímos «nada de Nadia». La política económica socialista ha sido una improvisación constante, una huida hacia adelante a lomos del gasto y la deuda. La política económica que habrá de aplicar el próximo gobierno tendrá que devolver la normalidad a la economía española, eliminando los desequilibrios en la que los socialistas, por tercera vez en cuarenta años, la habrán dejado.