Opinión

La momia resucita en un helicóptero

Sánchez, en disfunciones mentales, se muestra irrespetuoso con los muertos y los vivos. Al mismo tiempo que saca de la cripta a Franco desatiende las necesidades de las fuerzas del orden que combaten la insurrección en Cataluña. Muertos y vivos le salen por una friolera. Ególatra desde la cuna busca inflar su ego, henchido de necedad, creyendo que le sale más rentable, electoralmente hablando, agradar a sus socios etarras y terroristas independentistas. Por eso les sirve en bandeja de plata a un difunto que, hará 44 años, dejó de existir en nuestras preocupaciones. ¡Qué estúpida maniobra, señor Sánchez! Sólo ha conseguido que la momia resucite a bordo de un helicóptero, reabriendo amores y odios enterrados.

Van verdades asombrosas en torno al sórdido suceso. Han tenido que sacar a la momia de la tumba para que toda la familia Franco se reúna otra vez. Hacía años que no se veía una estampa de la tribu entera, tan tierna, parecía un equipo de cross muy bien entrenado dirigiéndose en pelotón hacia el podio. Han tenido que subir a la momia en un helicóptero para que todos miraran al unísono hacia el cielo y vieran resucitar al dictador, como por arte de magia. Sánchez ha obrado el triste milagro, un cadáver, del que apenas cuatro gatos se acordaban, vuelve a estar vivo y coleando. Pedro cisne Sánchez, palmípedo de ley, a cada paso que da, suelta una cagada. Su barato ego le obliga a hacer el ridículo con una puntualidad exasperante.    

Malas lenguas, bien informadas, afirman que, tras el levantamiento de la lápida que mantenía inmóviles los restos del verdugo, se ha abierto un gran mercado que puja por ella. Francis, el nieto usurero, sueña con subastar la losa y a él se suman plurales inversores a quienes no les tiemblan las piernas a la hora de pujar por la tapa del ataúd. La lápida de tonelada y media del generalísimo, hoy alcanza, en el mercado de los chollos, millón de € arriba, millón de $ abajo, por tratarse de un esqueleto magníficamente conversado, el precio de un bello ejemplar de Tiranosaurio Rex subastado en Wall Street en las mismas condiciones. ¿Qué ultra, de derechas, o de izquierdas, no invertiría millones por tener en su salón un recuerdo semejante?

Volvamos al presente de la falsa mano del bobo en disfunciones y de la su nefasto predecesor y consejero, ZP, aquel que arruinó a España e inventó, entre los escombros de sus meninges, la Ley de Memoria Histórica que nos ha brindado la profanación. El cuate de Chaves y Maduro ha de estar en éxtasis viendo a una momia aerotransportada desde el mausoleo a una zona donde se sirve un exquisito conejo con patatas. Ambos lerdos, no han caído en la cuenta de que acaban de cargarse los comicios del PSOE, fijando el techo de cristal de sus atrocidades en menos de 120 escaños. La maldición del dictador consistirá en condenarle a cavar su propia tumba, cosa que tiene fácil, pues Sánchez, aparte de blando, es gafe. Con los muertos no se juega.