Opinión

El milagro de Fátima

Hace mucho tiempo que el éxito gestor de Fátima Báñez está fuera de toda duda. No obstante, aún hay personas empeñadas en poner excusas a cada cifra récord que alcanza nuestro país gracias a una reforma laboral que ha creado más de dos millones de empleos desde 2013. El día en el que hemos sabido que España tiene más de 18,5 millones de afiliados a la Seguridad Social por primera vez desde 2008 —incremento esencial para su viabilidad— algunos han preferido quedarse con el dato estacional para así quitarle importancia a un logro que sigue emparentando a la ministra de Empleo con la consecución de unos números que hace sólo seis años eran una quimera. 

A nadie se le escapa que, en un país donde la hostelería y el turismo son piezas fundamentales del engranaje económico, una parte fundamental de esas 47.600 personas que ha bajado el paro tienen que ver con una Semana Santa de gran actividad y ocupación. No obstante, quedarse sólo con eso supondría una análisis sesgado e inexacto. Los datos desestacinalizados hablan por sí solos y respaldan la principal aspiración de Fátima Báñez: alcanzar los 20 millones de empleos en 2020. Un éxito factible si se crean más de 500.000 puestos de trabajo al año y que habla bien a las claras del trabajo del Ejecutivo del Partido Popular. 

Mariano Rajoy y su equipo llegaron a la Presidencia a finales de 2011 con la misión casi imposible de reflotar un país en caída libre. No sólo consiguieron soslayar el rescate —algo que nos libró de una carga insostenible— sino que España está a la vanguardia de las grandes economías de la Unión Europa con un crecimiento de más del 3% por tercer año consecutivo. Hablar de estacionalidades, por tanto, está de más, a no ser que llamemos “estacionalidad” a un contexto económico que nos ha llevado a la cifra más baja de desempleados en casi una década. Algo que sólo se puede lograr a base de trabajo bien hecho. Aún queda camino por hacer, pero a través de este senda —ya se ha recuperado el 70% del empleo destruido por la crisis— España está en disposición de recobrar el tiempo perdido.