Más Madrid o cómo mezclar el sexo y el ladrillo

Al final, Más Madrid, la formación de la médico y madre, Mónica García, ha puesto encima de la mesa una razón de peso para topar los precios de la vivienda: «Para tener intimidad para follar bien y gratis». El vídeo, de un minuto de duración, es suficientemente explícito: «Tú para que cuando lleves a alguien a casa, tengas intimidad. Intimidad para… Pues para follar. Pero para follar bien y gratis. Y ya de paso topamos el precio del alquiler», comentan los miembros de Más Madrid. «¡Bájale, bájale [el precio]!», bromea un candidato a edil por el Ayuntamiento de Madrid.

La izquierda ha cambiado de discurso: hasta ahora -decían- la vivienda era un derecho fundamental consagrado en la Constitución, un pilar básico que había que garantizar oponiéndose a la codicia de los especuladores para asegurar una vida digna y un futuro para millones de jóvenes secuestrados por un mercado al que había que intervenir por una elemental cuestión de justicia social. Ahora, la vivienda es un instrumento clave para «follar bien y gratis», por lo que Más Madrid ha decidido unir al ladrillo y al condón, reclamando a la vez viviendas asequibles y preservativos a discreción financiados con dinero público. El vídeo no tiene desperdicio. Un minuto basta para que aparezcan todos los mantras de la izquierda radical: vivienda, preservativos, trabajar menos y vivir mejor, jornada semanal de cuatro días; psicólogos públicos; más árboles, más aire limpio y movilidad sostenible. Y concluyen: por todo esto y mucho más, este domingo vota y vota a Más Madrid». Cualquiera diría que la formación de Mónica García ha logrado la cuadratura del círculo: convertir a la vivienda en elemento motriz para alcanzar la liberación sexual. El sexo vinculado al ladrillo. Debe ser la versión progre del dicho ‘confundes la velocidad con el tocino’. Más Madrid apuesta por intervenir la vivienda para «follar gratis». Conmovedor.