Opinión

Mal árbitro para Barcelona y Mallorca

Quizás haya que empezar por el árbitro, según la costumbre inventada por el Real Madrid, porque lo de las bajas del Barça -De Jong, Araujo, Pedri y Gavi, ésta de larga duración- mueve a risa. Los dos equipos innombrables, tienen despensa de sobra para servir un menú de lujo. Que estén instalados en la tontería, es otro cantar. Para ausencias la de Valjent en el Mallorca, que creará un poblema morrocotudo si Copete, también tocado aunque viaja, se queda fuera, igual que Maffeo, quien todavía no está listo.

Pero volvamos al árbitro. Javier Iglesias Villanueva es probablemente el peor de la categoría. Por eso debuta en Montjuich y, en cambio, es la tercera vez que se cruza con el Mallorca, ambas en Palma: Betis (0-1) y Cádiz (1-1). No influyó decisivamente ante los verdiblancos, aunque para su debe particular dejó sin sanción una tarjeta amarilla como mínimo y con tintes anaranjados, cuando Johny agujereó la pierna de Samu. Pitó falta al menos, eso si. Y cabe decirlo porque la visita de los amarillos a Son Moix fue una verdadera batalla campal que dirigió como siempre sin ningún criterio, equidad y firmeza. Es de los que quiere pitar poco pero, como no sabe, acaba generando espectáculos tragicómicos. Bueno para el Barça que no precisará de los aspavientos de Xavi en el banquillo para imponer respeto al colegiado gallego.

El dentista de turno ha trasladado su consulta al Municipal de la Ciudad Condal. Allí ha perforado 32 veces en 14 partidos las porterías visitantes. El tercer equipo más goleador como local. No es menos cierto que, tirando de los pies, ha descubierto su cabeza. El regreso de Ter Stegen habrá obrado una ligera mejoría en su frágil cobertura, pero acertar en las áreas será, como es natural en cualquier otro lance, básico para pescar algo que llevarse a la boca. O sea, si no marca el invitado, el anfitrión no perdona.