Opinión

Madrid es el ejemplo de que la okupación va unida al socialcomunismo

Parece evidente que existe una relación causa-efecto de libro entre la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno y el incremento de las okupaciones ilegales en España. Las cifras hablan por sí solas: en 2019, último año del que se tienen datos, las denuncias se incrementaron un 45%. Es lo que tiene estar más cerca de quienes asaltan la propiedad privada que de los legítimos propietarios y de mostrarse tan comprensivo con el movimiento okupa. La demagogia socialcomunista -aseguran que la okupación es una «leyenda urbana»- ante un problema real  que el Ejecutivo no está dispuesto a abordar se ha traducido en un incremento descomunal. Para que luego digan que la okupación en España es una entelequia fabricada por la oposición. El populismo y el independentismo, socios preferentes de Pedro Sánchez, han alentado la okupación hasta el punto de ponerse del lado de quienes entran en casa ajena y defender un falso derecho a violar la propiedad privada. Así, Cataluña se ha convertido en el paraíso okupa, pues esta Comunidad aglutina casi la mitad de las okupaciones registradas en España.

La única Comunidad donde desde 2015 se han reducido las okupaciones ilegales es Madrid: el descenso es el del 20%, lo que revela, otra vez, que cuando se arbitran medidas para acabar con este tipo de delitos, las okupaciones bajan , y que cuando los políticos de izquierda se cruzan de brazos o, incluso, jalean este tipo de comportamientos delictivos, las okupaciones suben. Es matemático. De modo que en aquellas Comunidades donde se respeta la ley y se persigue al delincuente, los asaltos a la propiedad privada decrecen. En aquellos territorios donde la izquierda exhibe una permisividad y una condescendencia rayana en la colaboración con la delincuencia, esta crece exponencialmente.

Esta es una de las razones por las que Isabel Díaz Ayuso ha ganado las elecciones de forma abrumadora: porque en Madrid la libertad y el respeto a la ley son señas de identidad de una gestión política opuesta al libertinaje y el desacato a las normas que caracterizan la acción del socialcomunismo.