Opinión

La libertad entre rejas

En su afán de meter en la cárcel al director de OKDIARIO, Eduardo Inda, el secretario general de Podemos y hoy vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, le acusó de delito electoral con el argumento surrealista de que las informaciones publicadas por este medio de comunicación se produjeron en «momentos clave» -«preelectorales o en plena formación de Gobierno»- para el partido de ultraizquierda. Cualquiera puede comprobar que este diario ha revelado informaciones sobre Podemos y otros partidos cuando ha tenido conocimiento de las mismas, con independencia del momento. Estaría bueno que un medio de comunicación tuviera que supeditar su labor informativa al momento político de una u otra formación, pero es que, además, las informaciones de OKDIARIO sobre la formación morada se llevan sucediendo sin interrupción. Eso es lo que irrita a Pablo Iglesias: que no haya logrado su propósito de silenciarnos.

Que el líder de Podemos está reñido con la libertad lo demuestra el hecho de que su reacción a las informaciones de OKDIARIO siempre se saldan pidiendo la prisión de Eduardo Inda, al que acusa de formar parte de las «cloacas del Estado», cuando quien ha sido víctima del espionaje del comisario Villarejo, por orden de Francisco González, ha sido el propio director de OKDIARIO. La obsesión enfermiza y totalitaria del hoy vicepresidente segundo del Gobierno de meter en prisión a periodistas es reveladora de un talante incompatible con la democracia, muy propio, por cierto, de regímenes dictatoriales con los que Pablo Iglesia mantuvo una estrecha y muy bien remunerada relación.