Opinión

Un jeta de altos vuelos

Hay que estar hecho de una pasta especial y tener muy poco activos los resortes éticos para, ganando 209.514 euros con casa pagada y chófer, el embajador de España en Naciones Unidas hasta hace unos días y ahora número 2 de la lista de Yolanda Díaz, Agustín Santos Maraver, se empadronara en Baleares, pese a vivir como es lógico en EEUU, para ahorrarse poco más de 170 euros como residente en Menorca en el transporte aéreo. En concreto, recibió subvenciones por volar en avión de 61.86 €, 73,50 € y 31,13€, cantidades ridículas que demuestran hasta qué punto fue capaz de servirse de una triquiñuela para ahorrarse unos pocos euros. Miseria moral en todo su esplendor. Su esposa recibió las mismas subvenciones en los mismos días, con la excepción de que, en su caso, la primera fue de 79,86 €.

Ambos residen en Nueva York, tienen casa en Madrid y, sin embargo, eran residentes en Baleares, al menos en 2022, y por tanto recibían subvenciones a los vuelos. La primera ayuda de la Dirección General de Aviación Civil fue recibida el 4 de enero de 2022; la segunda de 10 de noviembre y la tercera el 23 de noviembre de 2022. O sea, alguien con un sueldo de 209.514 € y todos los gastos pagados fue capaz de empadronarse en Baleares para conseguir chuscamente un pequeño descuento.

Maraver es propietario de dos viviendas en Madrid, en una zona residencial de lujo apenas a 50 metros del mirador de la catedral y frente al Palacio Real. Además, el diplomático es propietario de un chalet con piscina privada en el municipio menorquín de San Luis y una finca colindante, en total 1.200 metros cuadrados junto al Mediterráneo. Santos vivió los estertores del franquismo como estudiante universitario militando en partidos de orientación trotskista, en concreto de la Liga Comunista Revolucionaria, y rompió la supuesta neutralidad de los diplomáticos al defender que, como alternativa a un Gobierno de la derecha, sólo cabía «una coalición progresista PSOE-Sumar, apoyada en las fuerzas soberanistas e independentistas catalanas, vascas y gallegas». Visto lo visto, Maraver es un jeta de altos vuelos.