El incremento policial es imprescindible
Prevenir antes que curar. Lo dice el refranero español y también lo aconseja el sentido común en situaciones de extrema gravedad como las que se viven en Cataluña desde hace más de un mes. Ante el golpe de Estado de los independentistas, el Gobierno ha dado el primer paso para asegurar que el orden constitucional vuelva a ser una garantía para todos los catalanes. El número de policías y guardias civiles ha pasado de los 8.000 antes del referéndum ilegal del 1 de octubre a los 14.000 que hay en estos momentos. Un incremento imprescindible ante el caos que domina las calles —los ataques a Xavier García Albiol son el último ejemplo— y ante las más que probables acciones violentas con las que ya han amenazado de manera taimada los responsables de la CUP si el Ejecutivo aplica el artículo 155 de la Constitución.
Esos 14.000 efectivos se quedan a sólo 3.000 de los que tienen los Mossos. Ante la inacción de estos últimos —Josep Lluís Trapero aún podría ir a la cárcel si la Fiscalía investiga los hechos acaecidos durante el 1-O— este aumento de agentes en suelo catalán será una garantía para la mayoría ciudadana que vive en tensión constante debido a las veleidades callejeras de los cachorros neoborrokas de Arran, las fuerzas más violentas y radicales de los antisistema. Resulta óptimo, además, que dichos agentes estén especializados en el control de tumultos y en labores antidisturbios dado el clima de extrema tensión. Los ciudadanos pueden estar tranquilos, ya que como se vio durante el referéndum ilegal, la actuación de la Policía y de la Guardia Civil se acoge a la más escrupulosa proporcionalidad y siempre en respuesta a los ataques de los violentos y en aras de restablecer el orden público.
No obstante, es fundamental que los responsables del Ministerio del Interior garanticen buenas condiciones y medios efectivos a los profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que se desplacen hasta Cataluña. No puede ser que profesionales sometidos a tanta exigencia y estrés estén en camarotes minúsculos, con turnos interminables y comida de baja calidad. Hay que cuidar de los que nos cuidan. Entre otras cosas porque su labor es sencillamente imprescindible y, además, el enorme valor de su trabajo así lo merece. Lo ideal sería que el número de efectivos se situara cerca de los 20.000 ante la traición de los mandos de los Mossos. Eso y que pudieran tener instalaciones fijas para vivir con dignidad. Mientras llega, este aumento es un paso, pero siempre teniendo en cuenta que todas las personas que vayan a defender la legalidad vigente y la unidad de España deben ser atendidas de la mejor manera posible y no como hasta ahora.
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