Iglesias, Sánchez y unos señores con puros
Bildu, clave en la Ley de ‘Memoria’ de Sánchez, pide un impuesto para «reparar» a las víctimas de Franco
La izquierda mediática y Podemos se unen al imputado Villarejo para relanzar la carrera de Iglesias
Pedro Sánchez, después de pactar su nueva ley de Memoria Democrática con los proetarras de Bildu, se baja del Falcon, se quita las gafas de sol y acusa a los “cenáculos madrileños de señores con puros” que quieren liquidarle, por contar que, en la cumbre de la OTAN, lo que de verdad buscaba era un cargo de relumbre internacional para cuando lo echemos de la Moncloa. Tanto todos los resultados electorales en las autonómicas celebradas desde 2020 en Andalucía, Castilla y León, Madrid, Cataluña, Galicia y País Vasco, como todas las encuestas, incluida la de Tezanos, si es que a eso se le puede seguir llamando encuesta, auguran unánimemente el descalabro del PSOE del doctor cum fraude.
Pero Sánchez, en vez de achacar su próxima derrota a sus pactos con Podemos, su nefasta gestión de la crisis del Covid, sus estados de alarma inconstitucionales, sus indultos a los golpistas, su horrible gestión económica que nos convierte en líderes de inflación y paro, su bajada de pantalones ante Marruecos, su enfrentamiento con Argelia, sus etarras devueltos al País Vasco, sus pactos con Bildu, etc., prefiere inventarse unos supuestos señores con puros que quieren liquidarle y todavía habrá alguien tan necio como para tomárselo en serio.
El caso es que tan absurda forma de intentar justificar las consecuencias lógicas de tantos errores propios, a quien le ha parecido una idea a imitar ha sido a su socio de coalición. Pablo Iglesias ha pensado que él también podría encontrar un chivo expiatorio con el que disimular su debacle electoral, aunque fuera tan ridículo como el de Sánchez, y se ha fijado para eso en el presentador de Al Rojo Vivo, Antonio García Ferreras.
Ni corto ni perezoso ha pillado Pablo Iglesias una información procedente del megaimputado comisario Villarejo, fuente a la que siempre ha restado credibilidad porque dice que forma parte de las cloacas del Estado, pero que ahora le viene bien utilizar para acusar a Ferreras de haber informado de la exclusiva de OKDIARIO sobre el pago por parte de la dictadura venezolana de 272.325 dólares a Pablo Iglesias en una cuenta a su nombre en el banco Euro Pacific del paraíso fiscal de Islas Granadinas, pese a que su veracidad ha quedado confirmada en dos sentencias de la justicia española.
Iglesias empezó a pinchar hacia abajo el día que se supo que se había comprado el casoplón de Galapagar. El que presumía de seguir viviendo en un pisito de Vallecas y criticaba a los políticos de otros partidos que “se aíslan en chalets y no saben lo que es coger el transporte público”, ahora vive en un chalet de más de un millón de euros con la madre de sus hijos y sólo por eso, ministra, que viaja en Falcon con sus amiguitas. Igual que Sánchez dice que las cosas no le van bien porque señores con puro quieren liquidarle, Iglesias afirma que a él nadie le vota por culpa de Ferreras. Y los dos -Iglesias y Sánchez- se quedan tan anchos mientras los demás nos reímos de ellos.
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