Iglesias allana su horizonte penal boliviano

Iglesias allana su horizonte penal boliviano

El viaje oficial a Bolivia del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, acompañando al Rey, para asistir a la toma  de posesión del nuevo presidente, Luis Arce, tiene más derivadas que la mera representación institucional. Iglesias no ha desaprovechado la oportunidad de pedir que quede sin efecto la investigación lanzada por la Fiscalía de Bolivia por la caja B del partido morado y los pagos enviados por Evo Morales. Esa petición se mantiene bloqueada por la Fiscalía General del Estado de Pedro Sánchez y Dolores Delgado. Pero ese bloqueo resulta un escándalo: lleva meses en un cajón, demasiado tiempo como para no convertirse en un problema para el Ejecutivo. De modo que Iglesias ha tratado en Bolivia de cerrar en falso el caso. O sea, de garantizarse que la presidencia de Arce, mucho más afín, haga todo lo que esté en sus manos para que la Fiscalía de Bolivia, que había solicitado no sólo la testifical de Iglesias, sino también la de Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, José Luis Rodríguez Zapatero y Baltasar Garzón, se aquiete y deje morir el asunto. Arce e Iglesias están en la misma onda, de manera que el secretario general de Podemos lo tendrá mucho más fácil.

El vicepresidente español también ha aprovechado el viaje para impulsar con Arce y el presidente argentino Alberto Fernández una denominada «Declaración  de la Paz» que, en esencia, se ha convertido en una crítica «al golpismo de la ultraderecha”, donde Iglesias, por supuesto, menciona a Vox y en ocasiones también al PP. El documento va igualmente firmado por Evo Morales, Dilma Rousseff y Rafael Correa. Hay que recordar que Vox ha reclamado insistentemente el curso de la testifical de Iglesias por los pagos de Morales a Podemos y que el PP acaba de lanzar una batería de preguntas en el Congreso de los Diputados para forzar a Pedro Sánchez a permitir la declaración de Pablo Iglesias exigida por la Fiscalía General de Bolivia.

A nadie se le oculta que la victoria de Luis Arce en las presidenciales bolivianas ha supuesto un alivio para el secretario general de Podemos. Su viaje a la nación iberoamericana ha servido para enderezar una situación que se le estaba torciendo. Entre el bloqueo de Dolores Delgado en la Fiscalía española y el hecho de que la Fiscalía boliviana estará bajo el control del nuevo Gobierno, Iglesias ha recibido un doble balón de oxígeno. Que se vaya de rositas es más fácil después de que aquí y allí se le haya allanado el camino.

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