Opinión

Garzón acusa al casoplón de Iglesias de causar impacto ambiental

El Ministerio de Consumo de Alberto Garzón es una gigantesca factoría de paridas: un día recomienda no comer carne y otro abstenerse de vivir en una casa independiente con jardín. Ahora se ha descolgado con una invitación a  compartir los electrodomésticos con el vecino. Todo para contribuir a preservar el medio ambiente. El último documento del ministerio Sostenibilidad del consumo en España. Evaluación del impacto ambiental asociado a los patrones de consumo mediante análisis del ciclo de vida se plantea «cómo podemos reducir nuestra huella de consumo» y realiza una comparativa entre diferentes patrones y estilos de vida en España para concluir que quienes viven en un casoplón como la pareja Iglesias-Montero provocan un mayor impacto ambiental y dejan una mayor huella de consumo. Pues dada la afición del mundo podemita al chalet habrá que convenir, si damos por buena la explicación de Consumo, que están contribuyendo peligrosamente al calentamiento global del planeta. Garzón, amante de la dictadura castrista, apuesta por la socialización de los electrodomésticos; esto es, que los vecinos compartan lavadora y lavaplatos. Es la estrategia cubana.

Más allá de las chorradas cósmicas del Departamento de Garzón, que tiene una tendencia natural a meterse en casa ajena, lo que subyace es una visión reaccionaria del consumo. Conociendo a Garzón, le dieron el ministerio que menos le pegaba, porque todas sus medidas van orientadas, precisamente, a penalizar el consumo. La hipocresía de esta gente no tiene límites: te recomiendan no comprarte un chalet adosado y luego resulta que ellos hacen lo contrario de lo que promueven. Quieren guiar nuestras vidas de manera obsesiva, pero si alguien se atreve a criticar su afición por los chalets y a poner de manifiesto su doble moral, te acusan de violar su derecho a la intimidad. Son así: unos cínicos que van dando lecciones por cada esquina para después pasarse ellos los consejos por salva sea la parte.