Opinión

La fiesta de ETA es la infamia de Sánchez

No caben mucho más lecturas: el júbilo de las plataformas de presos de ETA, acompañadas de numerosas organizaciones sindicales, es tal que han organizado para este viernes, 30 de junio, un desfile callejero con música para festejar el fin de la política de dispersión llevada a cabo por Pedro Sánchez, a quien sólo falta que le terminen haciendo un homenaje. Es el reflejo de la retroalimentación de intereses entre el socialismo y Bildu. El colectivo de presos de ETA no oculta su satisfacción y proclama que «esto sí es un cambio». Y lo malo es que tienen razón. La fiesta de ETA es la infamia de Pedro Sánchez: amigos y familiares de los presos de la banda asesina celebrarán en Pamplona y en varias localidades vascas que ya no hay acercamientos que llevar a cabo y que el proceso ha entrado en una nueva fase. La de las excarcelaciones, que sólo obstaculiza en estos momentos la Audiencia Nacional. Hoy es el día señalado para esa despedida oficial del lema etxera (a casa). «Bailaremos con la ilusión y las infinitas ganas de pasearla por última vez. Porque sinceramente creemos que ya toca su retirada. Toca que Etxera pase de ser una reivindicación a convertirse en un logro de todas y todos. Un avance del que todas podamos sentirnos satisfechas y todas ganemos», señalan.

Por mucho que Sánchez trate de negar la evidencia al afirmar que no ha mantenido acuerdo programático alguno con Bildu son los propios etarras los que están desnudando las mentiras del presidente del Gobierno. Y es que el colectivo de presos etarras, para escenificar ese fin de la dispersión, presentó el pasado mes de enero una enseña para sustituir a la tradicional bandera de Etxerat. La del País Vasco con las flechas apuntando hacia dentro para reclamar el traslado de los presos a cárceles vascas. Esas flechas apuntan también al presidente del Gobierno de España