Opinión

Fentanilo, la droga del siglo XXI que se extiende como una plaga

No es la primera vez y desgraciadamente no será la última que un editorial de OKDIARIO advierte de los peligros del fentanilo, un fármaco que está causando efectos devastadores en Estados Unidos y en otros países y que ha irrumpido como droga ilegal en España extendiéndose por la geografía nacional tras haber encontrado en Barcelona su puerta de entrada y punto de distribución. El opiáceo al que ya son adictos miles de ciudadanos estadounidenses convierte a sus usuarios en «muertos vivientes», con la mirada perdida y caminar trastabillado, al modo de zombis.

Si hace unos meses el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) advertía de que las redes de narcotráfico de la droga zombi en nuestro país están consiguiendo su propósito sin que el Gobierno sea capaz de reaccionar, ahora es la Policía quien alerta sobre el brutal el incremento del consumo de fentanilo en España. Tal como consta en un documento al que ha tenido acceso OKDIARIO, los agentes alertan de que «el consumo de fentanilo sube un 14%» en el último año. Además, se ha detectado que los consumidores combinan cocaína y heroína con el fentanilo. De hecho, disponen de datos que revelan que «el 70% de las muestras de esas dos drogas llevan fentanilo».

Los datos son estremecedores: en España, los consumidores de fentanilo han pasado del 1,9% en 2018 (unas 84.000 personas, el 0,27% de la población total de 15 a 64 años) al 14% en 2022 (unas 695.000 personas, el 2,2% de la población de 15 a 64 años), es decir, ocho veces más. Para los traficantes, el fentanilo es todo un negocio, porque «si por un kilogramo de cocaína los narcotraficantes sacan unos 50.000 euros aproximadamente, por un kilo de fentanilo pueden sacar en torno a un millón de euros».

Estamos ante un gravísimo problema de salud pública que urge combatir, porque el crecimiento de esta droga -que se ha convertido en un filón para los narcotraficantes- es exponencial y sus efectos demoledores al ser 50 veces más potente que la heroína. Es indispensable, pues, un plan específico para combatir el auge de esta droga letal.