“Esos cojones en Despeñaperros”

Quiero hablarles de los discursos que los líderes de los tres partidos constitucionalistas que se presentan a las elecciones el 10 de noviembre pronunciaron en el acto que Societat Civil Catalana organizó este sábado pasado en el Auditori de la Pedrera.

Bajo el lema ‘Rompimos el silencio, cambiamos la historia” se reunieron alrededor de 300 personas para conmemorar el 2º aniversario de la manifestación constitucionalista del 8 de octubre de 2017 y para rendir un homenaje a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. También se presentó la ‘Plataforma de Afectados por el Procés’, que coordinará Dolores Agenjo. Hubo discursos de diversos políticos, periodistas e intelectuales. Desfilaron nombres como el de Joaquim Coll, Ricardo Dudda o Sergio Fidalgo. Entre el público Joan Ferràn, Alejandro Fernández o Enric Millo.

Después de una primera parte con un pequeño debate a tres, pasaron a hablar representantes de los partidos constitucionalistas, cediendo el honor de la apertura al regidor en el Ayuntamiento de Barcelona, y ex primer ministro de Francia, Manuel Valls, que hizo un discurso vehemente y convincente. Habló seguidamente la representante del PP, única mujer de la terna. Cayetana Álvarez de Toledo hizo un llamamiento a los “españoles en Cataluña. Catalanes de España”, toda una declaración de intenciones. Destaco tres de sus observaciones y una propuesta concreta: su satisfacción al comprobar que la exhibición de la bandera española había dejado de ser tabú más allá de la derecha; el reconocimiento del Rey como símbolo no contrario a los valores republicanos y el reproche a que los partidos después del 8 de octubre hubieran vuelto al cálculo y a la “flacidez” (llamó a que el constitucionalismo se estableciera “como política y no como emergencia”).

Lo más interesante y novedoso fue su propuesta de actuaciones concretas. Por primera parecía que alguien hablaba en serio de un plan de incentivos para no nacionalistas: “jueces, fiscales, policías, profesores, periodistas, padres, autónomos, emprendedores”. El momento no daba para ampliar detalles, pero los constitucionalistas que se están jugando el tipo en Cataluña lo recibirían como agua de mayo si fuera a ser cierto.

Aunque tanto David Pérez del PSC como Carlos Carrizosa de Cs llevaban preparados discursos más de remembranza que políticos, la presión de Álvarez de Toledo –que había lanzado, al igual que Valls, un viva al Rey- se hizo notar, especialmente en el socialista. Por ello, David Pérez, después de hacer un relato de los hechos del 6 y 7 y los del 8 de octubre tuvo unas palabras escocidas al final de su intervención. ¿Queréis que hagamos aquí una competición a ver quién es más constitucionalista? ¿Quién es más monárquico? ¿Queréis que compitamos por ver quién valora más a la Guardia civil? A mí no me vais a ganar, aseguró, mientras algunas voces del público manifestaban su escepticismo y le recriminaban no adherirse a la moción de censura contra Torra.

El tercero, Carrizosa, estuvo correcto y en un tono más sencillo y colega. Hizo un relato de los hechos de septiembre y octubre del 2017, con eslóganes como “No somos la resistencia, somos la vanguardia”, que también tuvieron su gracia.

El discurso de Álvarez de Toledo dotó al acto de un plus que ninguno de sus adversarios pudo alcanzar. Les dejó en evidencia, sobre todo a los socialistas. La desesperada necesidad de fanfarronear de David Pérez lo demostró.

No, no necesitamos estos desafíos sin esperanza, porque si se confrontaran, si se aceptara el guante no podrían ser más que lamentables. Aquí todos sabemos cómo se ha comportado el PSC durante estos años de lucha por los derechos de los catalanes no nacionalistas. Y aunque muchos de ellos estén dando una talla digna de admiración (pienso en el linchamiento de Joaquím Coll en Twitter), como dijo el torero: “esos cojones en Despeñaperros”. El único desafío real fue el que lanzó Álvarez de Toledo: ayudar de verdad a la Cataluña no xenófoba con acciones concretas.