Opinión

El desempleo no da tregua

Pese a que el Gobierno ha tratado de vender el dato de paro y afiliación como algo positivo -pese a que los días previos sí que dijo que no iba a ir tan bien como esperaba- la realidad es que los datos son malos, como podemos ver al analizarlos.

Si hablamos del paro registrado, es verdad que el paro baja, en términos mensuales, en 59.149 personas. Sin embargo, en términos desestacionalizados la mejoría es de la mitad, pues el descenso, al eliminar los efectos estacionales, se queda en 31.277 personas.

El Ministerio de Trabajo trata de emplear este dato como un buen dato, pero si lo analizamos en profundidad no lo es:

Son, además, trece meses consecutivos de fuertes incrementos porcentuales del paro en tasa interanual. Además, pese a que, lógicamente, comparamos ya con un mes de 2020 en el que se sufría la crisis, lo preocupante es que el incremento interanual de parados también es mayor que el producido en marzo de 2021, lo que muestra una tendencia muy negativa:

En cuanto a los contratos, tampoco es un buen registro, pues pese a que suben en el mes un 11,75%, la contratación acumulada en los tres primeros meses del año cae un 15,11% respecto al mismo período de 2020, con 697.290 contratos menos.

Y si hablamos de afiliación a la Seguridad Social, aunque sube en marzo en términos mensuales en 70.790 personas, tampoco es bueno, puesto que si se desestacionaliza el dato, cae en 45.438 afiliados, el último día del mes se perdieron 202.416 afiliados y es, además, el peor dato interanual de un mes de marzo desde 2013

Todo ello es fruto de la destrucción provocada del tejido empresarial, que hace que desde febrero de 2020 se hayan perdido 111.291. 

A ello, se unen las personas que continúan en ERTE. Si bien es cierto que en marzo ha disminuido en más de 100.000 personas el número de quienes se encuentran en ERTE, este descenso es pequeño y consolida a tres cuartos de millón de personas en una situación complicada, pues cada día que pasa se incrementa la probabilidad de que, desgraciadamente, no puedan recuperar su empleo. Este elemento dibuja la gravedad por la que atraviesa la economía nacional y el mercado laboral. Cada mes que pasa manteniendo tan duras restricciones, estas personas pierden posibilidades de poder reincorporarse, pues dependerá de cómo hayan aguantado sus empresas, cuando vemos que el cierre de las mismas sigue siendo intenso, hecho que no permite ser optimistas.

Estos datos, negro sobre blanco, son la realidad que muestra el mercado laboral español.