Culpables por acción y omisión
La verdadera categoría de los representantes políticos se pondera mejor que nunca en los contextos de división, violencia y dificultad. Es entonces cuando los líderes, aquéllos que poseen la naturaleza precisa y la formación necesaria, dan un paso adelante y se enfrentan a los problemas de la realidad tratando de cambiarlos a base de ejemplo y valentía. Algo así cabría esperar tras los graves hechos del pasado sábado en Alsasua, cuando 60 abertzales agredieron de manera salvaje a dos guardias civiles y a sus respectivas parejas con los agravantes de la premeditación y la cobarde superioridad numérica. No obstante, y por desgracia para Navarra y España, toda esta infamia no ha sido suficiente para que las distintas formaciones se hayan unido en una condena sin matices. Salvo excepciones, la connivencia parcial o total con lo sucedido ha colonizado discursos y reacciones. Esa ambigüedad convierte a sus protagonistas en culpables por acción u omisión.
Resulta especialmente execrable el comportamiento del PSN-PSOE en Alsasua. Un partido que debería imponer cordura constitucional y sentido de Estado ha firmado una declaración en contra de «la presencia de la Guardia Civil» en la localidad y, lo que es peor, en alianza con los proetarras de Geroa Bai y los podemitas de Goazen Altsasu. Una prueba más de que el Partido Socialista necesita cuanto antes una dirección fuerte y estable a nivel nacional que impida este tipo de dislates. Decepcionante también es la postura de la presidenta de Navarra. Uxue Barkos ha sido incapaz de rechazar la vileza de sus socios de Bildu, que han calificado este atentado civil como una mera «pelea de madrugada». Lejos de romper cualquier tipo de relación política con ellos, Barkos les echa un capote en forma de silencio e incluso se atreve a decir que «no es un ataque a la Guardia Civil como institución». Algo totalmente falso si tenemos en cuenta el documento de la vergüenza firmado por PSN-PSOE, Geroa Bai y Goazen Altsasu contra la presencia de la Benemérita en el lugar de los hechos.
El Partido Popular de Navarra hace muy bien en reclamar la comparecencia de Uxue Barkos en el Parlamento regional para que valore lo ocurrido este pasado fin de semana en Alsasua. Resulta imprescindible saber quiénes están del lado de la democracia y quiénes son incapaces de desmarcarse de los violentos y sus maneras represivas. Un carro, al que por cierto, también se han subido los catalanes de ERC, incapaces, junto a Bildu, de condenar en el Congreso de los Diputados el ataque radical de la localidad navarra. La división es uno de los peores males para un país. Políticos y jueces tienen la responsabilidad de hacer valer de un modo riguroso tanto la razón como la ley para fortalecer así la unidad del Estado que representan.
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